La boda de Asier y Estitxu en Vitoria-gasteiz, Álava

Después todo llegó rodado, la ceremonia fue corta, no queríamos alargarnos en exceso, la alcaldesa de Araia, se encargó de que fuese precioso y sencillo con un poema de Mario Benedetti que definía a la perfección lo que nosotros dos somos, compañeros de camino. Después llegaron más sorpresas, un pequeño monólogo/discurso de parte de mis amigas que nos dejó sin habla, no las puedo querer más, mi hermana se encargó del Aurresku que nos puso los pelos de punta a todos, traca, pétalos y tropecientos kilos de arroz. Juro que siguen apareciendo granos en casa. Muchas felicitaciones y más besos.

A las dos comenzaba el lunch en el Hotel Palacio de Elorriaga, los encargados de que todo fuese perfecto en nuestro día más especial. Nosotros fuimos en el coche del novio al Palacio de Bellas Artes de Vitoria con los fotógrafos. Era el escenario perfecto para las fotos, hace 44 años fue el lugar escogido por los padres de Asier para su reportaje, ellos por desgracia nos dejaron hace unos años, pero se merecían ese pequeño homenaje. ¡Las fotos quedaron de locura! Fue bastante rápido, llegamos al final del lunch y aprovechamos para hacer las fotos grupales, todo un show organizar a la gente, que ya disfrutaba como loca de la música de ambiente, los canapés, y por supuesto las copas.

A las tres y cuarto, la comida… ¡Qué hambre! Fue todo tal y como esperábamos, muy profesionales, y la comida… Todavía puedo saborear el solomillo si me lo propongo. Muchas sorpresas durante la comida, nosotros nos encargamos de entregar el ramo a la hermana del novio, la madrina en este caso. Un ramo de rosas precioso para la hermana de la novia porque se lo merece como nadie, los novios fueron a parar en las manos del hermano del novio, que se nos casa pronto, y finalmente un pequeño detalle para mis padres, fueron responsables de hacer de padres del novio y de la novia, y no podía ser de otra manera. Encargamos hacer un cuadro de una foto de los cuatro el pasado diciembre en Londres. Se quedaron boquiabiertos. Nuestras canciones favoritas sonaron de continuo, un ambiente relajado y fiestero nos acompañaba todo el rato. El corte de la tarta fue muy divertido y la tarta una auténtica pasada. A esas alturas los amigos y las amigas ya no podían estarse quietos, solo se escuchaban cánticos y risas. Gracias a ellos seguimos haciendo un puzle de 500 piezas y nos quedamos bizcos buscando letras en un listín telefónico, aparte de esto, los amamos.

Sobre las seis y media comenzó el baile, sería non stop hasta las 12 de la noche, comenzó con nosotros dos, bailando nuestra canción favorita, después nos siguieron el padrino y la madrina y ya fue imposible contener a la gente. Teníamos muchas ganas de bailar. Mis amigas se marcaron un baile impresionante con un remix de canciones que significan mucho para nosotras, ¿Os he dicho ya que no las puedo querer más? El fotomatón y photocall fue todo un acierto, si tenéis la oportunidad lo recomiendo 100%, nosotros contratamos los servicios de Photomatones de Logroño, una chica que tenía más paciencia que el Santo Job estuvo 3 horas con nosotros, se encargó de que todos se llevaran un recuerdo y de sacar más de mil fotos, gifs y boomerangs, que se dice rápido. Algo que también funcionó muy bien fue el candy bar, con la tontería nos pusimos hasta arriba de chuches. El dj una máquina, disfrutamos muchísimo todos, mayores y pequeños. Sobre las diez salió la recena para los más hambrientos, a mí personalmente, no me entraba nada más. Pero parece ser que algunos estaban desgastando mucho con el baile.

Como ya he comentado, a las 12 se terminó lo que se daba, nos encargamos de que los/as más fiesteros/as tuvieran dónde ir a tomarse unas copas, nosotros contratamos los servicios de Autobuses Bidasoa, todo perfecto, nos llevaron a los más animados al local donde seguiríamos la fiesta hasta que el cuerpo aguantase. En este caso, escogimos el Camerino, un local en el centro de Vitoria, enfrente de la Opera. ¡Todo fue rodado, más bailes, más risas y más copas!

Asier y yo no podíamos dejar de pensar en el viaje que nos esperaba al día siguiente y decidimos que las 4 era hora más que suficiente para retirarnos, nos costó lo nuestro que nos dejaran marchar, pero finalmente les dimos “esquinazo” y cogimos un taxi para volver al Palacio de Elorriaga, donde teníamos una habitación reservada, un detalle que tenemos que agradecer al hotel.

Hasta aquí mi experiencia, simplemente no podríamos haber imaginado que saldría todo tan bien ni en nuestros mejores sueños. No es difícil cuando tienes los mejores invitados y das con grandes profesionales para la organización de la boda.

Voy a terminar como he empezado. ¡Simplemente fue perfecto!