La boda de Antonio y Verónica en Madrid, Madrid
Al aire libre Verano Blanco 9 profesionales
A&V
13 Jul, 2019El día de nuestra boda
Lo puedo titular como: "El mejor día de mi vida"
La noche anterior hicimos una preboda con los amigos más allegados y que han estado día tras día aguantándonos. Así pasamos nuestra última noche de solteros, haciendo una barbacoa con nuestra gente. Yo me fui a dormir a casa de mis padres como marca la tradición y mi futuro marido se fue a nuestra casa.
A la mañana siguiente aún tenía una tarea pendiente, comprarle un regalo a mi madre porque quería que aparte del que iba a tener en la boda, tuviera un recuerdo especial de ese día para toda la vida. Así fue, me levanté, me vestí y me fui a por el regalo; le compré un anillo que por su forma se lo puede poner de varias maneras. Al llegar a casa, mi prima que era mi peluquera, peinó a mi hermana y se iba a poner con mi madre. Mientras estaba con ella, yo me metí en la ducha para empezar a prepararme. He de decir que en estos momentos estaba muy tranquila, no me esperaba que lo iba a estar. Me imaginaba que iba a estar histérica, pero no. Cuando mi prima terminó con mi madre se puso conmigo, primero fue el peinado, que fue el que siempre había querido. Empezaron a llegar los fotógrafos, el videógrafo, el ramo, los prendidos del coche, el prendido del padrino. Ya iba todo rodado y sin parar... maquillaje, vestido y... todo listo para salir. Cuando salí de mi casa los nervios se apoderaron de mí. Me miraba al espejo y se me saltaban las lágrimas porque el momento que tanto tiempo había deseado que llegara, ya estaba ahí. Me temblaban las piernas, tenía un nudo en el estómago. Me estaba esperando en el coche un amigo, Óscar, que al verme he de decir que se quedó sin palabras y lo único que pudo decir es que estaba muy guapa. Me monté en el coche con la ayuda de mi madre, porque si no era imposible y pusimos rumbo a la Basílica La Milagrosa.
Seguir leyendo »Al llegar pude ver a los últimos invitados que llegaban, pero sobre todo a mi hermana y a mi cuñada que me estaban esperando con mis sobrinas que me llevaban las arras y los anillos. Me acuerdo que, al mirarme con mi hermana, su pregunta fue que si estaba nerviosa; le dije que sí, que me temblaba todo y que no podía andar. Esperé a que llegara mi madre porque tenía que darles a las niñas las cosas que iban a llevar. La vi aparecer y me preparé para salir del coche. En ese momento cuando estaba saliendo, llegaba una de mis mejores amigas que se tapó la cara con el libro de firmas porque no quería verme hasta que no entrara. Me agarré del brazo de mi padre y esperamos un poco para entrar, para hacerle sufrir al novio y a los invitados. Cuando me indicaron subí las escaleras de la iglesia y me paré en la entrada para que mi hermana me colocara la cola del vestido, cola espectacular donde las haya, aunque mi vestido entero es espectacular. Hasta que no me volvieron a indicar, no puse rumbo al altar. Me preguntaron que si estaba lista y dije que sí, dio dos palmas para que empezara a sonar el órgano que anunciaba mi entrada. Recorrí el pasillo del brazo de mi padre, que iba más rápido que habitualmente y yo me pisaba el vestido porque el cancán se me había subido. Pero fue de los momentos más bonitos que he vivido y que recordaré siempre, ver a toda nuestra gente, a mi sobrina mayor llorando como una magdalena abrazada a otra de mis mejores amigas, Sonia, a mi madre secándose el moquillo... Llegué al altar donde me estaba esperando Antonio, que iba espectacular. Su cara creo que también será otro de los recuerdos que permanecerán en mi memoria pero que no puedo describir. Me dijo que estaba muy guapa con la cara iluminada como una bombilla. Él también lo estaba y mucho; al final cumplió mi deseo de ponerse chaqué. Mi padre me quitó el velo de la cara y comenzó la ceremonia. ¿Qué decir de ella? Pues que fue la más bonita del mundo. Tengo que destacar 3 momentos importantes y muy emotivos. El primero de ellos es cuando subió mi sobrina mayor Belén a leer la primera lectura que indudablemente podéis saber cuál es, La primera carta del apóstol San Pablo a los corintios. Creo que desde que entré hasta que ella leyó no paró de llorar en ningún momento, subió al altar llorando y dijo que no podía leer; acompañada de mi hermana, se armó de valor, se tranquilizó y leyó. Otro de los momentos más emotivos fue el que protagonizó mi hermana junto a mi hermano. Subieron a leer las peticiones, quizá no haberlo preparado antes o quizá el destino, hizo que mi hermana tuviera que leer una de las frases más complicadas del matrimonio, debido a su situación personal. Pero fue fuerte y la pudo leer. Y para acabar con los momentos emotivos, fue en las peticiones el recuerdo a las personas fallecidas, el padre de Antonio y una amiga nuestra que había fallecido un mes antes de nuestra boda. La nota divertida la puso Carmen, mi sobrina pequeña, cuando subió al altar con las arras y dijo que llevaba monedas. Al finalizar la ceremonia tuvimos una petición especial que no sé si llegaron a cumplir porque nadie lo reconoció. Pedimos que sonara el himno de España cuando fuéramos firmar, pero tocó uno que solo debía conocer el del órgano. Nos hicimos alguna foto en el altar y la gente fue saliendo a la calle. Cuando salimos, lluvia de arroz y pétalos como es normal. Nos dieron la enhorabuena, algunas fotos y nos fuimos a la Finca Fuentepizarro que es donde celebrábamos el banquete. De camino fuimos de nuevo con nuestro amigo Óscar.
Cuando llegamos al Finca fuimos directamente a hacernos las fotos. Cuando terminamos fuimos a hacer nuestra entrada al cóctel. Era desde la carretera casi, por una cancela, el camino atravesaba todo el jardín con una fuente en medio. Es como de película de Disney ese jardín. Mientras lo recorríamos sonaba una de mis canciones favoritas de David Bisbal: "Lo tenga o no". Llegamos al cóctel y llegó el momento de hacerse las fotos con los invitados. Creo que no nos dejamos a nadie por hacernos fotos. Cuando terminamos lo único que quería era una cerveza y comer algo. Pude picar algo, no mucho porque terminamos en el final del cóctel, pero la cerveza sí que me la pude tomar. Pasaron a los invitados al claustro donde se iba a hacer la cena. Cuando ya estuvieron todos en sus mesas, nos preparamos para entrar nosotros. Lo hicimos mientras sonaba la canción de Tutto Durán de Me gustas. Comenzó la cena y llegó uno de los mejores momentos de la boda, por lo menos para mí. La entrega de unos centros de flores a las madres. Fue un momento mágico que viví con mi madre y que vuelvo a vivir una y otra vez cada vez que escucho la canción que sonaba de Pastora Soler, la de Quédate conmigo. Se me ponen los pelos de punta y según los invitados ha sido de los momentos más emotivos de la boda. Después siguió transcurriendo la cena entre risas y bailes. Otro de los momentos divertidos fue la entrega de dos ramos de chuches a dos parejas, a una de ellas que creemos que será la próxima porque el novio se lo pidió a la novia hace 5 años y le dijo que sí; y la otra pareja es una que el novio necesita un pequeño empujoncito, se los dimos al ritmo de Jennifer López y su Anillo pá cuando.
Terminamos la cena y fuimos a la discoteca. Antes del baile pusimos un vídeo a modo de regalo/agradecimiento para los invitados que había hecho para recordar alguno de los muchos momentos que hemos vivido juntos. Cuando termino abrimos el baile con la canción de Perfect de Ed Sheeran y la bachata de Romeo Santos. Después comenzó la fiesta hasta las 7 de la mañana, donde hubo muy poca gente que se la perdió. Esta es mi crónica del día más feliz de mi vida, en palabras de los invitados, ha sido la boda más emotiva y más divertida a la que han ido. Creo que es el mejor recuerdo que ellos y yo podemos tener, porque sé que lo repetiría una y mil veces.
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