La boda de Antonio y Irene en Baños De Montemayor, Cáceres
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A&I
27 Oct, 2018El día de nuestra boda
Mi chico y yo llegamos al complejo rural un par de días antes de la celebración, para montar y planificar la decoración y toda la boda con el personal de El Solitario. Lo bueno de haber tenido ese tiempo es que pudimos pensar tranquilamente cómo hacerlo, pues la decoración eran manualidades mías y cosillas que nos prestaron en la finca. La gente empezó a llegar la noche del viernes al complejo rural y había estado bastante tranquila hasta entonces. Luego la emoción del momento ya no me dejaba pensar. Intentaba mantener la calma, pero era un momento muy emotivo.
Recuerdo que la noche del viernes al sábado no dormí apenas.
El sábado, el día de la boda, le dije a mi chico que no contara conmigo, pues mi intención era ultimar algunos detalles, desayunar e irme a la peluquería del pueblo. No me verían hasta la ceremonia, que era a las 18:30. Mientras me peinaban, se hizo un poco tarde, así que me comí un bocadillo para no perder luego tiempo. Fue una situación bastante cómica. Menos mal que solo estábamos mi hermana y yo allí.
Seguir leyendo »Cuando llegué a mi chozo (una casa rural, pero redonda), ya estaba bastante agobiada porque tenía que maquillarme yo sola y no perder ni un segundo. Afortunadamente pude mantener la calma y creo que lo hice bien. Luego vino mi hermana a vestirme, nos echaron unas cuantas fotos y luego fuimos a buscar al novio los fotógrafos y yo.
Antes de la ceremonia llovió, granizó e hizo un frío horrible. Y, a pesar de todo, tuvimos la suerte de poder hacer un 'first look' con una luz preciosa. ¡Estamos deseando ver todas las fotos oficiales!
Tuvimos unos cuantos imprevistos. Por culpa del tiempo, el lugar de la ceremonia se trasladó a la recepción del complejo. Pero Bea, Antonio y todo el personal de El Solitario hicieron un trabajo fantástico para poder decorar ese espacio en tiempo récord y no echamos en falta nada. Mi padre me recogió en el camino y me llevó al altar 'improvisado', mientras sonaba la canción principal de 'La princesa prometida'.
La ceremonia la oficiaron los 'culpables' de que nos conociéramos, dos amigos nuestros. Se curraron un discurso muy emotivo, incluyendo una historia de cómo nos conocimos muy bonita y 'fantástica' al nivel de El señor de los Anillos. También leyeron mi hermana y mi cuñado y varios amigos. Reímos y lloramos mucho, y todo fue muy personal, mucho mejor de lo esperado. Se nota que nos conocen bien...
Hicimos una unión de manos con la banda de 'El señor de los anillos' de fondo, donde varios de nuestros familiares anudaron un lazo de un color diferente.
Luego salimos a hacernos fotos grupales a la terraza, donde nos tiraron arroz y pétalos (ya que no hicimos una salida como tal). Después empezamos el cóctel, y luego la cena, todo en el salón del restaurante. Durante el cóctel, preparamos una lista de música celta y folk rock.
Estuvimos muy a gusto, pues solo éramos 39 personas. La comida estuvo genial y muy abundante pero lo mejor es que no sobró apenas. Los camareros se portaron de 10. Mientras cenábamos, llovió a mares, pero allí calentitos no nos importó. Más tarde nos fuimos a otro salón a disfrutar la barra libre.
Cuando ya estaba todo el mundo dentro, entregamos mi ramo y una copia más pequeña a nuestras madres, con una canción de fondo que mi madre me cantaba de pequeña. Después, habíamos preparado un Flashmob con la canción de 'Don't stop me now' de Queen para el novio. Porque él me había jurado y perjurado que NO bailaría a solas conmigo (odia bailar).
Y cuando acabó el flashmob, empezó a sonar nuestra canción: 'Me gustaría poder hacerte feliz' de Elefantes. Yo no daba crédito, íbamos a bailar. Y en ese momento era yo la que me moría de la vergüenza. Mis amigos lo prepararon también con Antonio para que no nos quedáramos solos. Varias parejas se pusieron a bailar alrededor acompañándonos. Aunque parecía que solo estuviéramos nosotros. Yo era inmensamente feliz. Pero no por ser el centro de atención, sino porque veía que mi chico lo estaba disfrutando tanto o más que yo, y era el anfitrión perfecto. Y obviamente porque él es perfecto para mí. Todo era igual o mejor de lo que habíamos soñado.
La discoteca duró unas cuatro horas, bailamos mucho y también nos pusieron un vídeo que enviaron felicitándonos, los que estaban allí y otros familiares que, aunque no estuvieron, hay mucho cariño entre nosotros.
No continuamos la discoteca más porque estábamos cansados y algunos ya se habían marchado, pero estuvo muy bien y el DJ lo hizo genial.
De regreso a nuestro chozo, nos tocó colocar la cama y algunos muebles porque mis primos entraron en la casa y me hicieron una 'bromita de recién casados'. Pero lo colocamos y a dormir.
Al día siguiente, algunos se marcharon de vuelta a Madrid, y otros se quedaron a comer con nosotros. Era el cumpleaños de mi padre, y el mío estaba a la vuelta de la esquina. Así que celebramos los dos y soplamos velas, recordando lo bien que lo habíamos pasado el día de antes. Y, el día que nos marchamos de allí, fue cuando yo por fin solté todos los nervios y lloré de pena, como cuando te marchas de tu pueblo, de un sitio al que coges un cariño inmenso...
Gracias a todos los profesionales que estuvieron con nosotros porque se portaron genial.
Servicios y Profesionales de la Boda de Antonio y Irene


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