La boda de Antonio Guillermo y Marta en Huelva, Huelva

A medida que caía el sol, llegó la hora de la cena. Nuestro sueño era cenar al aire libre, en aquel entorno privilegiado. Con una temperatura estupenda, el mar de fondo, las luces que adornaban el jardín y las mejores gambas de Huelva, ¿qué más se puede pedir?

Además, entramos al banquete mientras sonaba "Tan solo tú" de Manuel Carrasco (una canción con mucho significado para nosotros) y todos nuestros invitados nos recibieron como es tradición: con las servilletas en alto.

Durante la cena tuvimos tiempo para entregar unos detalles a todos los invitados, y regalos especiales para los padrinos, maestros de ceremonia y nuestras abuelas. Y a nuestro alrededor siempre estuvieron nuestros pajecitos y damita.

También recibimos algunos regalos maravillosos, entre ellos, el discurso del padrino.

Por fin llegó la hora de inaugurar la barra libre con nuestro baile nupcial. Aunque no habíamos ensayado demasiado, el momento fue mágico. La melodía de la película Notting Hill, "When you say nothing at all" dio paso al rítmico "Princesa de mi cuento" de Sergio Contreras. Nuestros amigos y familiares no pudieron evitarlo: ¡se lanzaron a la pista!

Algunos de los mejores momentos durante la barra libre fueron el momento conga, el momento limbo, las risas en el fotomatón y, por supuesto, la tirada del ramo de la novia (bueno, en realidad fue un ramo de chuches, jeje). Bailamos, saltamos, reímos, besamos y abrazamos. Y también nos hicimos muchas fotos. En definitiva, lo pasamos genial.

Como la Cenicienta cuando daban las 12, así nos sentimos cuando el Dj paró la música y la fiesta se acabó. Nos despedimos de todos los invitados, recogimos algunas cosas y nos llevaron a nuestro precioso hotel para pasar la noche de bodas.

¡Fue una noche mágica!