La boda de Ángel y Silvia en Almansa, Albacete

El día de nuestra boda

Fue un día de muchos nervios, pero también de una enorme alegría. Tuvimos con nosotros a familia y amigos. Fue una ceremonia sencilla e íntima, con pocos invitados, tal y como queríamos. Nos dimos el "sí quiero" en el jardín del ayuntamiento de mi ciudad natal. Mi padre, como no podía ser de otra manera, me acompañó hasta el "altar". Mi suegra nos leyó un poema de Bécquer y mis hermanas nos dijeron unas improvisadas pero sentidas palabras que nos hicieron llorar a más de uno...

Por la mañana, yo misma, acompañada de hermanas, sobrina, amiga y cuñada, fuimos a decorar los bonitos jardines. Bastó con unos lazos de raso en las sillas, un poco de tul en los árboles y una alfombra roja para que aquel lugar fuera todavía más de ensueño. Lloré, de emoción, nervios, alegría... No sé, son muchos sentimientos para poder expresarlos en unas palabras.

En el último momento, cambié mi peinado en la peluquería, ya que ese día quería ser lo más yo posible. Me sentía en la obligación de recogerme el pelo porque pensaba que, si no me recogía el pelo ese día, ¿cuándo lo iba a hacer? Pero los sentimientos afloraron y decidí llevarlo casi suelto, como he sido yo siempre... C'est la vie.