La boda de Angel y Lorena en Oviedo, Asturias
De noche Otoño Granate 7 profesionales
A&L
23 Sep, 2017El día de nuestra boda
Después de casi un año y medio preparando la boda, llegó el gran día...
No me levanté excesivamente nerviosa, pero cuando se aproximaba la hora de la llegada de la fotógrafa, a mí ya se me empezaron a poner mariposas en el estómago. Entre otras cosas, porque le había hecho una caja sorpresa a Ángel con fotos nuestras, notas de amor y otras manualidades y me moría de ganas por saber si le había gustado (le encantó). ¡No se lo esperaba! Y ahora la tiene a muy buen recaudo para releerlo de vez en cuando.
Cuando llegó el momento de vestirme, mi madre también se puso muy nerviosa y tuvo que ponerme el lazo cruzado de la espalda del vestido dos veces porque no acababa de atinar bien. "¡Si es que tenía que haber escogido los botones!", me dije. Pero a la segunda vez fue la definitiva, y la espalda quedó perfecta. La verdad es que no me gusta nada posar para las fotos, pero la fotógrafa hizo que me sintiera muy cómoda por lo cercana y simpática que es.
El resto de la velada está como un poco entre neblinas. Es como si te subieras a una nube y todo pasa como sin darte cuenta. Llegué un poco tarde, como buena novia, porque lo bueno se hace esperar. Y nada más entrar casi se me saltan las lágrimas cuando leí "Bienvenidos a la boda de Lorena y Ángel". Ahí fui consciente de que ya había llegado el momento.
Seguir leyendo »Por supuesto, hice una entrada triunfal, y no porque fuera todo glamour, sino porque mi cola se quedó enganchada en uno de los postes de la carpa que había instalada en la zona del cóctel. Los que me conocen saben que soy torpe, así que se oyó un "ah" generalizado, luego un ¿qué pasa? ¡Se ha enganchado la cola! "Bueno, sino no sería ella", contestó una de mis amigas. Cuando me desenganché miré a todos y dije: "tranquilos, estoy bien!", lo que provocó las risas de los invitados. Soy “showoman” y divertida, y el día de mi boda no iba a ser menos. Al llegar ya al lugar de la ceremonia vi a mi futuro marido allí tan guapo plantado y mirándome con esos ojos tan preciosos que tiene que se me quitaron todos los nervios. ¡Qué guapo iba!
La ceremonia fue preciosa. Hablaron cuatro amigos nuestros y no pudimos haber escogido mejor. Hablaron con gracia, con elocuencia y, sobre todo, con muchísimo cariño e hicieron que se me saltaran las lágrimas en más de una ocasión. Culminamos la ceremonia con la ceremonia del hilo rojo, una leyenda japonesa, muy a colación porque Japón fue el destino que elegimos para nuestro viaje de novios y al salir, "lluvia de confeti" y sesión de besos y fotos. De hecho, no probamos ni el cóctel, pero es lo normal en la boda de uno. Menos mal que todos nos dijeron que estaba todo riquísimo. ¿Y lo que más triunfó? ¡El buffet de sushi! Una idea muy original, nos dijeron.
Durante el banquete, teníamos varias sorpresas preparadas. La entrada al salón, que todo el mundo esperaba que fuera normal, fue, como no podía ser de otra manera, con la marcha imperial de Star Wars. Nuestra boda estaba ambientada en el cine y las series, ya que somos forofos, y a los dos nos gusta la saga de Star Wars. Entramos con las caretas de Darth Vader y la reina Amidala franqueados por cuatro amigos que no sabían que iban a disfrazarse de soldados imperiales. Se quedaron todos boquiabiertos. Luego yo me saqué del liguero una varita de Harry Potter para lanzarle un "expelliarmus" al novio y que se quitara la careta de Darth Vader mientras empezaba a sonar la música de Harry Potter. La gente hasta nos ovacionó. Queríamos una entrada original, porque a Ángel lo de entrar con una canción marchosa y bailando no le iba y lo de entrar haciendo un paseíllo normal tampoco nos entusiasmaba. Yo estaba un poco preocupada porque mi madre había manifestado su oposición a "cosas raras" y llevar máscaras (esto lo dijo cuando recibí en casa la de la reina Amidala) pero cuando nos sentamos me confesó que le había encantado.
Mientras cenábamos, un dúo musical amenizó la cena y en el momento de la tarta todo el salón quedó iluminado por fuegos artificiales, gentileza del Llagar de Colloto, y fue muy espectacular.
También hicimos entrega de un premio al ganador de un concurso que hicimos a través de nuestra página web en bodas.net. Fue genial porque hubo mucho pique entre los invitados más jóvenes para conseguir la mayor puntuación contestando a preguntas sobre los novios y nos reímos mucho en los distintos grupos de WhatsApp.
Para el baile, no sólo habíamos preparado una coreografía nosotros, sino que habíamos ensayado con unos amigos e hicimos una especie de duelo de baile. Quedó precioso y muy divertido.
También hubo momentos emotivos, como la entrega del ramo. Reconozco que tuve que beberme una copa extra de vino para luchar con los nervios y ser capaz de hacer el discurso, pero al final no pude contener las lágrimas cuando anuncié que el ramo era mi amiga Yoli, a la que ya le tocaba casarse después de más de 10 años de noviazgo y una hipoteca juntos. Ella no se lo esperaba y nos abrazamos llorando como dos colegialas.
Y lo que no puede faltar en cualquier boda es armarles algo a los novios. A nosotros nos tocó encontrarnos el colchón en el suelo, el somier encima patas arriba y todo lleno de trozos de pan. Y lo peor es que todo fue idea de mi suegro. Si es que no lo pensé yo bien antes de entrar a formar parte en la familia. Pero bueno, podría haber sido peor. Al menos lo descubrí en un momento que quería ir al baño. Si nos lo llegamos a encontrar a las 6 de la mañana antes de ir a dormir…
El resto de la velada fue genial. Mucho baile, muchas risas y mucha foto tanto en el fotomatón que alquilamos como en el photocall del Llagar de Colloto. En resumen, un día realmente especial e inolvidable.
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