La boda de Ancor y Valesia en Trasmontaña, Las Palmas
Al aire libre Verano Amarillo 1 profesionales
A&V
29 Ago, 2015El día de nuestra boda
El día de mi boda fue tan especial como me esperaba, con algunos contratiempos como en todas las bodas, pero perfecta finalmente.
Tras dos años de ilusión porque llegara este momento, finalmente organizamos la boda en unos cuatro meses. Por razones económicas la cosa se hizo esperar y por la misma razón decidimos hacer nosotros mismos absolutamente todo, desde la planificación inicial hasta la organización completa de todo el evento, incluida la comida. Hicimos nosotros mismos, con ayuda de familiares y amigos, el photocall, las letras gigantes los centros de mesa, detalles del buffet, el diseño de las invitaciones y la decoración de sus sobres, el libro de firmas, los paquetes de regalo para los invitados, el montaje de mesas, sillas, la mantelería, la compra de comida y bebida, las barbacoas donde se asó la comida, la elección de la tarta, ¡e incluso los vestidos de las damas de honor!
A lo que vamos, “El gran día”:
Dormimos poquísimo la noche anterior, ya que terminamos tarde los preparativos de la decoración. A las 08:00 horas ya me estaba duchando, ya que la madrina, que también ejerció de peluquera y la maquilladora, me recogía a las 09:00 horas y mi hija de 7 años nos acompañaba para prepararnos en casa de mi hermana. De camino recogimos mi ramo y los ramilletes de la madrina y las damas de honor que nos hizo mi tía. Tardamos bastante en arreglarnos, la verdad es que estábamos disfrutando del momento e íbamos sin prisa, esta nos entró cuando llegó la hora del evento y no estábamos todos listos. En casa de mi hermana se reunieron conmigo otro de mis hermanos que fue quien me hizo las fotos junto las damas de honor, que fueron mis cuñadas, mi padre y mi hermano el pequeño que se ocupó de traer a mi otro hijo de 3 añitos. Mi cuñado me hizo de chófer en su descapotable azul adornado con lazos de tul y arpillera. Brindamos todos juntos y salimos hacia la finca donde tendría lugar la ceremonia y el banquete.
Seguir leyendo »Al llegar nos reunimos con nuestros padres y la tercera dama de honor que nos esperaba a la entrada para dirigirnos todos juntos a la ceremonia. Esta se celebró en un salón grande que tenía la finca donde improvisamos un altar rústico de inspiración canaria. Entraron primero las damas de honor, seguidas de la madrina que llevaba de mano a mi sobrinita, detrás mis dos hijos con cestitas una de flores y otro con los anillos y, por último, yo del brazo de mi padre. Cuando llegué al altar me encontré con mi marido que estaba guapísimo y parecía nervioso. Estaba acompañado de su mejor amigo que ejercía a su vez de padrino. La ceremonia la ofició su tío, a todo el mundo le encantó, hablaron nuestras primas y el oficiante leyó un poema escrito por mi suegro que me emocionó. Al salir se sustituyó el clásico arroz por confeti, muchos besos, abrazos, felicitaciones y.... ¡a comer!
El banquete fue una barbacoa tipo buffet. Montamos un bufet de bebidas, de ensaladas, de entrantes y se asaron cochino negro, pollo y beef. Predominó la comida canaria y los productos de la tierra como las papas arrugadas, las aceitunas con mojo, el quesito majorero y el almogrote gomero. Todas las verduras de las ensaladas y la barbacoa eran de origen Gran Canaria. La barra libre estaba abierta desde el primer momento. Y la tarta era de caramelo y cobertura de merengue tostado de la dulcería Reyes de Tamaraceite.
Tras la tarta brindamos con botellines de Coca-Cola y sorprendimos a nuestros invitados con un flashmoob. A partir de ahí todo fue fiesta y baile hasta que la gente se fue retirando y decidimos volver nosotros a casa, satisfechos de haber conseguido que todo saliera bien haciéndolo nosotros mismos, ¡así que nuestra boda hípster, rústica y canaria fue perfecta!
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