La boda de Ana y Alberto en Castelldefels, Barcelona

Unas palabras que nos hicieron emocionarnos a los dos. Me entregó el ramo mientras varias cámaras filmaban. Fue muy bonito y es algo que estoy deseando ver cuando nos entreguen el vídeo. Nos sobró hasta tiempo, así que estuve esperando con mi padre en casa al chico que nos iba a recoger en el coche de novios (un amigo) en un Mercedes. Tenía unas ganas de bajar tremendas y por fin llegó. Ya era la hora de las emociones.

Llegamos al Hotel Luna en Castelldefels, a las 18.15 de la tarde. Cuando iba entrando con mi padre ya empecé un poco a temblar. Pasamos al jardín y nos hicieron esperar. De lejos oí la canción de "Up Where We Belong" de Joe Cocker (de la B.S.O. de Oficial y Caballero). Sabía que en ese momento estaba entrando Alberto y la gente le aplaudía. Estaba a punto de entrar cuando empecé ya a oír la canción de Bryan Adams "Everything I do" y ya dije: “ahora entro yo”. No pude contener no emocionarme.

La verdad es que es una sensación indescriptible, estaba como soñando y pensando a la vez. No puedo creer que sea yo, toda la gente mirándome y haciéndome fotos... ¡Era una diva! Y con esa canción que nos encanta... Mi padre y mi suegra se emocionaron muchísimo. Vi a Alberto emocionado y aguanté las lágrimas porque estaba muy, muy guapo. Al salir de la ceremonia la gente nos aplaudía, nos besaba y nos tiraban arroz y pétalos. Y sonó la canción de "Searchin my soul" de Ally Mcbeal.

Luego nos fuimos a los jardines del Castillo de Castelldefels a hacernos fotos y vídeos bonitos a la luz del sol achicharrante, pero seguro que salieron de fábula. Luego el picoteo y las infinitas fotos con todos los invitados. Después la entrada a la sala con la canción "I gotta a feeling" de Black Eyes Peas bailando.

Más tarde vinieron los regalos de los padres con la canción de "Por ti" de El Canto del Loco que hizo emocionar a más de uno. Le entregamos a las madres un bonito centro de flores. Cuando vi que mi madre empezaba a llorar, no pude resistirme a llorar yo también. A los padres un marco doble con una foto suya de cuando se casaron de jóvenes y al lado un hueco para que puedan poner una de nuestra boda.

Poco a poco los detallitos de boda, una velita en forma de carroza para las mujeres, y un estuche de boli y sacacorchos y un puro para los hombres. Y para los niños un cono de gominolas. Le gustó todo mucho, salieron todos muy satisfechos, con la comida, el sitio, los regalitos... ¡Y nuestra compañía! Lo más emotivo fue para el pastel, con la canción de Aerosmith "I wanna miss a thing". No pude resistir emocionarme con esa música, y como nos trajimos la espada de casa, la gente flipó de lo hermosa que era. Con la espada de los Templarios partimos el pastel, que estaba buenísimo.

Casi al terminar salí bailando dicharachera la canción de "Fever" y dando unas cuantas vueltas acabé por darle el ramo a mi amiga Sonia, que lleva 5 años con el novio, aunque con la coña el novio salió corriendo hacia Alberto... Corred insensatos, corred… pero fue muy divertido y se alegraron. Y para el final empezó nuestro baile con la canción "Todo cambió" de Camila. No es que bailáramos muy bien, no habíamos ensayado nada, y yo en ese momento me estaba riendo porque imaginaba nuestro pasito como muñecos de feria.

Y empezó el baile. ¡Todos a la pista! Nos han grabado bailando el Gangnam style y eso es digno de ver. Espero que el del vídeo lo ponga en la grabación final. Y aún no se había acabado la noche y nos fuimos a la playa. El novio y amigos acabaron bañándose en calzoncillos.

Fue memorable, único, insuperable, la mejor experiencia de nuestras vidas. Quizás el relato ha sido corto, tampoco pretendo aburrir a nadie y tampoco soy redactora, pero os he explicado un breve resumen de lo que sentí, de lo que vivimos y de lo que la gente disfrutó. Ojalá pudiera repetirlo al menos para poder ver de nuevo feliz a la gente que más quiero.

Y ahora... ¡A por el crucero!