La boda de Alfonso y Noelia en Sant Vicent Del Raspeig/san Vicente Del, Alicante

El día de nuestra boda

El día empezó en la que había sido mi casa desde que tenía 10 años, rodeada de los míos. Tomamos tortitas como desayuno todos juntos, con esa tensión y alegría que un acontecimiento como este genera. Después todo empezó a rodar... Mis damas se fueron a la pelu, ducha, familiares que llegan a casa desde lejos para no perderse el gran día... Los nervios se palpaban en el ambiente, pero yo estaba tranquila. Después de dos semanas yendo de cabeza con los últimos preparativos solo quería disfrutar del momento y saborear cada pequeño detalle, y así fue. Llegado el momento me metí en la que antes era mi habitación (ahora de mi hermana) y allí empezó la "fiesta".

Maquillé a dos de mis damas, mi hermana y mi mejor amiga, y me maquillé yo misma, puesto que tengo formación en maquillaje (aunque no es mi principal ocupación, me dedico en cierto modo a ello). Con esas estábamos cuando llegó mi peluquera, amiga y compañera de pinceles, que también venía a la boda. Desde ese momento todo empezó a ocurrir súper rápido. ¡Llegaron los fotógrafos y yo ni siquiera había comido, pero con los nervios tampoco tenía hambre fotos por aquí, por allá, el coche nupcial que llega a recogernos... y para la iglesia! La ceremonia fue, digamos "con personalidad". Tuvimos que esperar un poco porque aún había gente de la boda anterior, pero enseguida allí estaba yo, en la puerta de la iglesia del brazo de mi padre y la música no sonaba. Se arregló rápido y pudimos entrar, pero a mitad del recorrido se me escapó el velo. Sin problema, allí estaban mis damas que en medio segundo lo solucionaron.