La boda de Alejandro y Carmen en Jimera De Libar, Málaga

El día de nuestra boda

Nos levantamos como un día más, ya que la boda era por la tarde. Él estaba en el sitio de la celebración, ya que es una casa de campo. Ultimó los detalles finales.

En mi casa me preparé con toda mi familia, mucha alegría, todo muy familiar y mucho amor. Él, junto a su madre y algunos amigos que se quedaban en la casa, lo acompañaron. Algún chupito de tequila para bajar tensiones y hacer del día uno de los mejores.

Llegó el momento, y nuestros amigos y familiares nos estaban esperando. Él tan nervioso como nunca lo había visto. Solo tenía ojos para él en ese momento. Muchas lágrimas de felicidad recordando momentos con amigos y esos familiares que no pudieron estar ese día con nosotros.

La comida era tal cual hablamos con el catering, no tenemos nada más que palabras de agradecimiento hacia ellos. No tuvimos dudas de que serían ellos. La atención hacia todos para que comiesen. Algunos invitados dirían que estaban llenos y que incluso al día siguiente seguían empachados (jajaja).