La boda de Alejandro y Alicia en Terrassa, Barcelona
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18 Jul, 2020El día de nuestra boda
18 de julio de 2020... Ese fue nuestro día elegido cuando en verano de 2019 mi ahora ya marido me pidió matrimonio.
Desde el primer momento los dos tuvimos claro el tipo de boda que queríamos, algo íntimo y solo con nuestro círculo más cercano, y así empezamos a prepararlo todo.
En solo un mes teníamos claro el lugar del banquete, el fotógrafo, las alianzas, e incluso mi vestido... Momento que recuerdo con gran cariño por lo bonita que fue esa experiencia. Así que los meses de finales de 2019 fueron muy tranquilos, y pensábamos que así sería hasta el día de la boda, que solo tendríamos que preocuparnos por los detalles, hasta que llegó la ya conocida Covid-19.
Pasamos todos los meses de este 2020 con los nervios de punta, al principio pendientes de cualquier noticia, después sin querer saber demasiado de lo que pasaba, pidiendo que no nos dijeran demasiado del tema.
El día de antes estuvimos temiendo de que no se pudiera hacer porque pusieron más restricciones en Barcelona y, además, a eso se nos sumó que nuestro peludito Casper, que era el encargado de llevar los anillos, estuvo realmente mal esos últimos meses, a punto de tener que ser operado... Pero por suerte mejoró y, en Terrassa, que era la ciudad donde celebraríamos nuestro día B, estábamos bien en cuanto a la pandemia y todo pudo seguir adelante.
Seguir leyendo »Así que llegó nuestro gran día... El sol lucía espectacular y así siguió durante todo el día. Me despedí por la mañana de mi prometido para desplazarme a la casa de mis padres, que era donde me vestiría y donde iría la peluquera a maquillarme y peinarme y donde ya estaba mi vestido preparado y todos mis complementos. Al mediodía no pude ni comer de los nervios... Recuerdo que, mientras me maquillaba y peinaba, no podía dejar de pensar en que nada se estropeara en esas últimas horas, aunque algo dentro de mí me decía que todo iba a salir perfecto porque ese tenía que ser nuestro día sí o sí después de haber resistido con nuestra fecha toda esa situación... Y así fue.
El momento de ponerme mi vestido con la ayuda de mi madre fue increíble... Recuerdo la cara de mi padre y su sonrisa al verme ya vestida de novia, su emoción...
También la emoción de mi mejor amiga cuando salí del dormitorio para ir hacia el salón donde ella estaba esperando, ya que quería que fuera de las primeras en verme también, y ese momento fue irrepetible... Tenía, además, una pulsera para ella con flores de mi ramo, a juego con él, y le encantó esa sorpresa. Mi tío fue el encargado de llevarnos a mi padre y a mí con su coche hacia el lugar de la ceremonia y el banquete, todo era en el mismo lugar.
Durante todo el camino estaba muy nerviosa, pensaba que no sentiría esos nervios y al final estaba hecha un flan, deseando llegar y ver a todos nuestros seres queridos y, sobre todo, a mi futuro marido claro.
Mientras estaba en el coche esperando y escuchaba la canción de mi prometido sonando para su entrada yo ya estaba aún más de los nervios, aunque me contuve de mirar nada claro, y cuando llegó el momento de entrar yo con mi padre pareció que el tiempo se aceleró.
Cuando me decían que el día de tu boda pasa volando pensaba que quizás exageraban un poco, pero no, ¡desde luego que todo pasa volando!
La ceremonia fue preciosa... Totalmente personalizada como queríamos. Tres de nuestros amigos nos dijeron unas palabras y fue superemotivo.
Llegó el momento de los anillos y entró nuestro peludín con ellos, directo hacia nosotros y supercontento, mi madre era la encargada de llevarle a él, ¡y fue precioso! No sabíamos que lo haría tan bien, pero a todo el mundo le encantó ese momento... Era algo que nosotros teníamos muy claro desde el principio, que él también sería protagonista en nuestro día y que estaría junto a nosotros, no podía faltar y no lo hizo.
Después de la ceremonia nos hicimos fotos con todos los invitados, y después, mientras ellos bajaban hacia el cóctel, nos hicimos nuestra sesión de fotos... ¡De la que ahora estoy totalmente enamorada!
Tanto el cóctel como la cena y el baile de después fueron muy especiales, pudimos estar con cada uno de los invitados que era lo que queríamos, que no nos faltara tiempo para estar con ellos, y así disfrutar ese momento con todos al máximo.
Hicimos dos detalles para los invitados. Por un lado, una llave antigua que era un abridor de botellas y, por el otro, unas pulseras solidarias en colaboración con una protectora de animales, ¡ambos detalles les encantaron a todos!
También hicimos un detalle especial para nuestros padres, que era una réplica pequeña de mi ramo en un marco, y después, entregué mi ramo a mi mejor amiga. Todo fue muy emotivo y lo recordamos con gran cariño.
¡Y, al final, yo también fui sorprendida! Habíamos decidido que no haríamos baile nupcial, ya que no se nos da bien eso de ensayar coreografías y, aunque lo intentamos en casa, sabíamos que no quedaría natural ni bonito...
Pero ese día mi marido habló con el DJ y puso por sorpresa la canción que queríamos, Perfect, y simplemente me cogió para que bailáramos de manera improvisada, y un minuto y poco después empezó a sonar Uptown Funk para cambiar a algo más movido y así abrimos la fiesta con todos.
Después de nuestro gran día me han preguntado alguna vez si habría cambiado algo... Y mi respuesta siempre ha sido que no cambiaría nada.
No quisimos cargar demasiado ese día en cuanto a detalles innecesarios, y ahora nos alegramos de no haberlo hecho, porque con lo que al final todo el mundo se queda es con lo bien que se lo hayan pasado, con lo bien que hayan comido y con lo bonito que haya sido ese momento. Tuvimos una gran suerte con todos nuestros proveedores, todos perfectos y profesionales al 100%, además de cercanos y encantadores.
Todo fue fácil con todos ellos, todo fue perfecto... Nuestra boda lo fue por completo, con nuestros 30 y pocos invitados y aún en medio de una pandemia fue totalmente preciosa y la volvería a vivir una y otra vez. Así que después de nuestra experiencia, lo único que puedo decir a los demás novios que también están viviendo todo esto es que tengan esperanza en todo momento y confíen en que su día llegará y todo saldrá perfecto.
A tiempo para que todo se tenga que cambiar siempre se está... Pero hasta entonces, que la positividad vaya siempre por delante.
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