La boda de Alejandro y Alejandra en Granada, Granada
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23 Oct, 2016El día de nuestra boda
Domingo 23 de octubre, amanece nublado y con un poquito de aire. Nervios e ilusión se respira en el aire, de repente recibimos un mensaje que nos dice: “Acaba de salir el sol, solo para nosotros, solo para nuestro gran día esperado”. ¡Así comienza el día más Importante de nuestra vida!
A diferencia de casi todo el mundo, nosotros, para romper con los moldes comunes, sí que pasamos la noche antes de la boda en la misma habitación, hasta me atrevo a decir que en la misma cama, pero después de cuatro años durmiendo juntos, no podemos perdonar pasar una noche el uno sin el otro.
Nos marchamos a desayunar con toda la familia, que se había hospedado en el hotel, ¡que mejor que estar acompañados de nuestros seres queridos, para empezar este gran día!
Desayunamos y manos a la obra, preparar algunos detalles de la decoración de la ceremonia y a vestirse, eso sí, en habitaciones separadas, pero no mucho.
De repente llaman a mi puerta (novio) y no… Eran los fotógrafos y yo con estos pelos, me había olvidado a qué hora habíamos quedado. Corre que te corre, me visto y ahí estoy yo con mi sable de Chile y rodeado de mi padre, suegro, hermano, tío y su pequeño hijo y mis fieles amigos.
Seguir leyendo »Mi habitación radiaba de alegría, bromas y risas, qué mejor para pasar esos primeros nervios. De nuevo llaman a mi puerta y son más amigos, todos quieren acompañarme y eso me hace sentirme más orgullosos de las personas que me rodean. Por ello, pido que mi sorpresa para ellos llegue a mi habitación y ahí llegan dos botellas de champán para brindar con ellos e inmortalizar ese momento. ¡Todo perfecto!
Alejandra, mi chica, ahora mi esposa, se encuentra en su habitación 114, en compañía de nuestra hija de 11 años, imagino que preparándose, o eso creo, porque al igual que yo, recibió la visita de miles de amigas que andaban todas junto a ella; maquillándose, vistiéndose allí, bromeando. Miedo me daba ese pasillo de hotel, pero había algo que me ilusionaba, que desde mi habitación 111, escuchaba su risa y sabía que estaba siendo maravilloso ese momento, así que al igual que para mí, otras dos botellas de champán fueron para ella y sus amigas a brindar por este gran día.
12:45. Llega Conchi, la organizadora del hotel, y me dice que tranquilo, que a Alejandra le queda todavía un rato, y los invitados ya estaban allí. Se suponía que la celebración era a las 13 horas, bueno, la gente nos quiere y sabe que nosotros somos así, de igual forma casi todo el mundo anda por los pasillos del hotel, subiendo a las habitaciones a brindar, así que todo va bien, ese es el espíritu para este día.
Llega el momento de bajar al lugar donde se realizará la ceremonia, como no, agarrado del brazo de mi bella mama y ahí vamos, paseándome por ese enorme hall del Hotel Abades Nevada Palace, mientras la gente hace fotos y se sorprende por el uniforme que llevo.
Después de saludar y dar la bienvenida a los invitados, me posicionó a los pies del altar, que nosotros mismos habíamos realizado la noche antes, para esperar que la mujer de mis sueños aparezca.
De repente me parece escuchar una canción de Pablo Alboran y aparece mi pequeña soltando pétalos de rosa y justo detrás.... ahí está, ¡impresionante! como si se tratara del primer día en que la vi, no podía ser, era imposible que fuese más bella, la más bella del planeta y venía hacia mí. Llegó ese día, en el que delante de todo el mundo diría que era ella la mujer que siempre he soñado.
Comenzó nuestra ceremonia, con el maestro de bodas y entre momento de risas, discursos muy emotivos y una sorpresa que le tenía preparada, alguna que otra lágrima se escapó, yo creo que según los invitados, todos lloraron un poco, hasta los fotógrafos… ¡es lo que tiene, que el amor este en el aire!
Así que después de estos grandes momentos, todos pasamos al cóctel y después al restaurante, donde la gente quedó maravillada con los platos que se sirvieron.
Y así fue nuestro gran día. Bueno, igual hubo baile y algunas copas y un par de bailes especiales que se prepararon para divertir y en agradecimiento a nuestro invitados, vamos una gran fiesta. Casi hace un mes que fue nuestra boda y aún la recordamos, incluso yo sueño con ella, de ahí que ella, mi esposa, sea la mujer de mis sueños.
Gracias a todos los que este día nos ayudaron a hacer que fuese el día más feliz e increíble de nuestra vida.
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