La boda de Alberto y Verónica en Urnieta, Guipúzcoa
Elegantes Verano Naranja 7 profesionales
A&V
05 Sep, 2015El día de nuestra boda
El día de la boda no tuve que esperar a que sonara el despertador porque eran poco más de las 07:00 cuando desperté, así que una ducha, un buen desayuno (mi padre ya se había encargado de proveernos de bollería y preparar zumo) y a las 08:00 ya estaba en la peluquería.
A la peluquería sobre las 08:30 llegó el fotógrafo, así que allí no faltaba nadie: mi suegra (madrina), mi madre, mi cuñada, mi hermana y mi tía, todas listas para ponernos a punto. Iker (nuestro fotógrafo) estuvo una hora con nosotras para dar testimonio de todos los detalles.
Mi madre, que fue una de las primeras en estar peinada, fue la encargada de ir a la floristería para acompañar a mi padre a adornar el coche. De allí volvió a la peluquería y me contó que se había encontrado al que hoy es su yerno (Alberto) y que de los nervios tenía una contractura en el cuello que apenas le permitía moverse. Aproximadamente salí de la peluquería sobre las 11:15 y la boda era a las 12:30, así que fui a casa de mis padres (que es donde me vestí).
Seguir leyendo »Mientras mi madre y mi hermana se vestían, pude ir poniéndome las medias y cuando llegó el momento de ponerme el vestido empezaron los nervios, aunque pasaron enseguida en cuanto me subí con mi padre al coche para llevarnos a la iglesia.
Al llegar allí estaban todos los invitados esperándonos y al ver a mi marido cuando me abrió la puerta volvieron los nervios y ya no se fueron hasta que nos dimos el sí quiero. La misa fue muy emotiva con lecturas de dos de las personas más queridas para nosotros, nuestras hermanas.
Una vez que salimos de la Iglesia nos fuimos a San Sebastián a hacer el reportaje fotográfico y el reloj comenzó a correr más de lo debido. A partir de ese momento, el día se pasó volando. Volvimos a Urnieta, llegamos al lunch, realizamos las fotos de grupo, hicimos la entrada al salón de banquete, comimos mientras nos levantábamos para saludar a todos los familiares y amigos, cortamos la tarta, entregamos los regalos, inauguramos el baile y nos relajamos para disfrutar con todo el mundo de la sesión de dj.
Para entonces ya eran como las 19:30 y todo fueron sorpresas: bailes, canciones, imágenes, etc. Estuvimos bailando y llegó la recena y la segunda sesión de baile hasta que a las 00:00 (como Cenicienta) nos retiramos a la habitación de hotel que nos habían reservado mis padres con vistas a La Concha como regalo de boda.
Disfrutamos de un día inolvidable lleno de momentos mágicos.
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