La boda de Alberto y Vanessa en Cáceres, Cáceres
Modernas Verano Rojo 8 profesionales
A&V
29 Jun, 2019El día de nuestra boda
Me levanté sobre las 6 de la mañana, ¡ya no podía dormir! Los nervios en el estómago no paraban de dar vueltas y vueltas. ¿Qué hice? Pues sacar a mis preciosas perritas un buen paseo y disfrutar de ese momento de soledad con ellas metida en mis pensamientos. Cuando llegué a casa, mi ya marido se fue a lavar el coche que sería el que me llevaría a la iglesia por la tarde y yo mientras desayuné tranquilamente y relajada (normalmente en casa es complicado por los niños y las prisas) porque mis hijos estaban aún durmiendo.
Después, me puse a limpiar la casa porque aún quedaba mucho tiempo, jejejeje. Sí, sí limpié toda la casa. A las 11 aproximadamente me fui vistiendo para llevar la maleta al hotel. Me fui con los niños y de paso echar un ojo a cómo quedaba el salón y los preparativos.
De ahí mis padres se llevaron a los niños a su casa, que iría yo en un ratín porque me preparaba allí y yo volví a casa a recoger a mi marido y las perritas, que las llevaríamos con la cuidadora. Posteriomente, cada uno a casa de sus padres, ¡a intentar comer algo y empezar con todo! Madre qué nervios.
Seguir leyendo »A las 15 horas llegaron tanto la maquilladora como la peluquera y como son conocidas fue todo muy tranquilo, divertido y sin agobios. Mientras maquillaba a mi madre, a mí me marcaban el pelo para luego cambiarse y terminar. Me maquilló superbien, primero con un pequeño masaje, yo estaba alucinando, qué a gustito, jejejeje. Disfruté muchísimo de todo ese proceso, quedé preciosa.
Ahora el peinado, sería una trenza que terminaría en un lateral tal y como habíamos hablado en la prueba. El tocado me lo entrelazó en el peinado y listo. Buf, ahí ya empecé a ponerme supernerviosa, eran sobre las 17 horas, el fotógrafo llegaba a las 17:20 a casa para la sesión de fotos, así que tocaba darse prisa. Mis hijos y mis padres vistiéndose, mientras la peluquera me ayudaba a mí. Sonó el timbre y me empezaron a temblar las piernas... ¡Se acercaba la hora! Mi padre guapísimo con un traje en color azul oscuro y un prendido que le regalé de una rosa roja, mi madre preciosa con un vestido color coral (vaya padres más guapos que tengo), mis hijos... ¡Qué decir de mis hijos! Estaban absolutamente guapísimos, llevaban calzonas en color azul muy clarito con camisa blanca de manga corta, tirantes y pajarita en color azulón... Más guapos no pueden ser. Tengo una grandísima suerte de tener a mi lado tantas y tantas personas que me quieren y yo a ellos. Mis padres y mis hijos estaban radiantes, felices, emocionados, su energía me contagió y me llenó de vida aún más. ¡Qué felicidad más grande!
Carlos se portó genial, superameno, simpático, amable, ¡y sobre todo profesional! Qué maravilla de fotos, sola, en un sitio, en otro, con mis hijos, mis padres, mis tíos, que llegaron después, mis amigas, que me dieron una sorpresa justo antes de irme. Todo me temblaba, cada vez más. Me manda un mensaje mi marido que están saliendo para la iglesia (a las 18:15), así que sobre las 18:20 bajamos y nos metimos en el coche. Mi padre llevaba el coche, mi hijo mayor delante y mi hijo pequeño y yo detrás. Nuestra boda es una boda peculiar, el padrino lleva el coche hasta la iglesia, jejeje.
¡Llegamos sobre 18:25 y el cura aún se estaba vistiendo! Qué horror, los invitados llegando y yo, la novia, esperando para entrar. Bueno, después de esta anécdota, entré, hice el paseo con mis hijos delante, guapísimos a más no poder, mi padre y yo detrás. Suena la música y llego al altar. Mi marido sudando de calor y de los nervios, mi suegra guapísima de rojo... ¡Llegó el gran momento! No me lo podía creer, de repente los nervios desaparecieron por arte de magia... Empecé a disfrutar de cada palabra que salía de mis primas que leyeron, de mi hijo mayor, de mis amigas, de la música, de las palabras tan bonitas de Tino, el cura, que es muy ameno y divertido. Todo me encantó. Fue una ceremonia que preparamos las lecturas nosotros, las ofrendas, las peticiones... ¡Estaba superfeliz! Llegó uno de los días más importantes de mi vida, después de todo lo que pasé hace unos años... Hoy era mi día. ¡Me casé! Ya está, ya somos marido y mujer. Pero aquí no quedó todo.
Fotos y saludos con todos, salimos de la iglesia y lluvia de confeti y arroz. Nos montamos en el coche y fuimos al Parque del Príncipe a hacernos fotos pero mientras paramos a comprar agua... ¡Qué calor! Pues salí yo misma y la señora de la tienda estaba alucinando, una novia con ramo incluido entrando a comprar botellas de agua.
Termina la sesión de fotos y vamos al cóctel, todo el mundo allí, disfrutando, divirtiéndose. La comida espectacular, la gente riendo, fotos por aquí y por allá. Yo no paraba de reír, de gastar bromas... ¡Estaba muy feliz! Luego la cena, otro tanto de lo mismo, nos divertimos, me cortaron la liga y a mi marido la corbata... Llegó el momento baile... No podía salir mejor, ensayamos varios meses 3 trocitos de canciones e hice la composición yo de las canciones: la primera es All of me de Jonh Legend, la segunda es Propuesta indecente de Romeo Santos y para terminar Madre Tierra de Chayanne donde bailamos con mis hijos... ¡El bailé triunfó! Todos llorando, emocionados de vernos bailar. Nadie lo sabía y fue sorpresa.
Los niños y jóvenes disfrutaron también porque en la parte superior, donde se hizo el cóctel, pusimos animación. Para los más chiquitines un castillo hinchable con animadora y para los jóvenes un simulador de coches, 2 plays y una consola de realidad virtual. Disfrutaron muchísimo, nadie se lo esperaba.
Comienza la barra libre hasta las 4 de la mañana, bailé todo el rato, con unos y otros, me reí, me divertí y fue lo mejor. Mi familia conmigo a mi lado, mis padres sonriendo, mis hijos, mi familia política y mi marido. No podía estar más feliz. Simplemente.
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