La boda de Alberto y Patricia en Granada, Granada

Puerta de la iglesia, ahora si estamos nerviosos, mi pobre cuñado intentando meter sin éxito a mis tías dentro de la iglesia con la consiguiente protesta de estas, queremos ver salir a nuestra sobrina del coche. Lo da por imposible y ellas se quedan en primera fila a ver el momento, mi padre coge aire con cara de satisfacción, vamos, todas las miradas puestas en los dos, camina despacio Patricia que no hay prisa, familia llorando como era de esperar, ¡qué nos gusta llorar en esta familia! y por fin lo veo, nervioso como en pocas ocasiones y emocionado como yo, mi padre me suelta la mano y se la cede, tuya es. Estás muy guapa me dice y me tiemblan las piernas.

La misa transcurrió muy emotiva y entrañable como no podía ser de otra forma, después del sí quiero se fueron los nervios y todo fluyó como si una se casase todos los día.

Salimos tranquilos sin prisas charlando como el que está dando un paseo por el parque un día cualquiera y de repente proyectiles de arroz, ¿pero quién ha traído esto? pregunto, se ven caras cómplices entre los primos de Alberto, ¡qué les gusta liarla! Millones de besos y abrazos y nos vamos al restaurante, a nuestro restaurante, a ese al que tantas horas le hemos echado, nuestra casa, con nuestro personal con el cual lidias día a día por un servicio excelente y calidad insuperable, ¡oye lo hicieron de 10! estaba todo precioso el servicio de película la comida simplemente deliciosa, como no iba a ser así si el menú era de Alberto, pero nuestros chicos supieron ejecutarla como si él estuviera en los fogones, ¡chapeau por ellos! En resumen un día perfecto con la gente perfecta en un ambiente perfecto... que me casaba otra vez mañana en las mismas condiciones.

Espero os haya gustado este breve resumen de lo que fue el día más feliz de nuestra vida, la verdad es que me emocioné un poco recordándolo, os deseo lo mejor del mundo a todas y todos. Millones de besitos.