La boda de Alberto y Laura en Salamanca, Salamanca

Al finalizar la misa nos hicimos muchísimas fotos. Salamanca estaba lleno de gente y todo el mundo nos daba la enhorabuena o nos decía algo. Era un bonito día y la gente parecía estar feliz en las calles, disfrutando de un festivo. Un chico incluso se quedó con nuestras caras y al día siguiente nos lo cruzamos en la plaza y nos dijo estos se casaron ayer, jaja (Salamanca no es tan pequeño). Sobre las 20 nos fuimos al hotel y cuando íbamos a entrar un periodista nos pidió hacernos una foto para La gaceta del día siguiente. Nunca me había pasado esto.

Ya dentro del hotel tuve tiempo para hablar con algunos invitados y para estar con mis amigas cercanas. Probé dos canapés del coctel y el jamón y el queso ni los vi. Cuando se acercó la hora de la cena la gente bajo al comedor y nosotros fuimos los últimos. Nos lo tomamos con mucha calma. Incluso subimos al jardín con Carmen para verlo mientras todos esperaban, jeje. Entramos en el comedor con una música tranquila, no queríamos que la gente se levantara. La comida estaba buenísima. Era crema de boletus y filete de ciervo. Solo había dos platos pero fue suficiente cena para no pasar hambre, yo apeas me lo pude acabar todo. Nos sentamos en una mesa con nuestros amigos y fue una decisión superacertada, porque pudimos estar con ellos y hablar durante toda la cena mientras nuestros padres se lo pasaban bien con sus amigos. Antes de servir el postre estuvimos entre las mesas saludando y luego partimos la tarta. Algunos se levantaron y vinieron a saludarnos y a hacerse fotos, fue todo muy divertido.

Al acabar la cena subimos un segundo a la planta baja para practicar el baile por última vez antes de bailar. Bajamos y la gente nos rodeaba. Algunos incluso grababan.... Bailamos un tango de 2 minutos y medio y creo que nos salió bastante bien. Alguno se asombró de vernos bailar, jaja Nos adelantamos un poco al final de la emoción de que la gente aplaudía etc., pero creo que nadie lo noto salvo nosotros, jaja. Después seguimos bailando un vals con nuestros padres y le pedimos a algunos amigos como que se unieran a bailar para que la gente se fuera animando a salir. Y poco a poco la gente se unió y en la siguiente canción todos estaban en el centro bailando.

A partir de ahí creo que pude bailar un poco dos canciones y el resto fue despedir a la gente y hablar con todos los que no me había dado tiempo a saludar. Pude estar otro rato con mis amigas y al final de la noche sobre las 3 o las 4 estaba muy cansada y me senté un poco. La música se cortó sobre las 4, algunos siguieron de fiesta por el centro de Salamanca y otros nos fuimos a dormir.

La verdad es que no me preocupe mucho de si algo estaba o no en su sitio o de si las cosas saldrían bien o mal. Fue un día muy agradable, no me dio tiempo a pasar frio, ni a sentirme mal por nada, solo podía disfrutar de cada momento. Así que ese es mi consejo, que solo disfrutéis.