La boda de Alberto y Amaya en Olite, Navarra

El día de nuestra boda

Mi boda ya pasó, ya han pasado dos meses y aún sigo flipando viendo las fotos y vídeos de aquel día, fue todo sobre ruedas y mucho, mucho mejor de lo que hubiese imaginado. Tengo que decir que para mí el día de la boda tenía un sabor agridulce, justo un mes antes falleció mi abuela, ella tenía mucha ilusión por verme vestida de blanco y al final no pudo ser... Aunque la tuvimos muy presente, compré un camafeo para llevar en el ramo su foto y se lo di a mi madre y a mi tía justo antes de salir para la ceremonia, fue un momento muy emotivo.

Cuando baje de casa allí estaba esperándome una calesa con un caballo blanco precioso, fue un regalo de mis tíos y una sorpresa, no me lo esperaba. La ceremonia fue una pasada, mi padre contrató de sorpresa un cuarteto de cuerda y quedó una ceremonia preciosa, muy, muy emotiva, nos casó el alcalde, que es mi primo y al que siempre he estado muy unida desde pequeña, preparó un discurso precioso que casi no consigue leer porque no podía parar de llorar, y con el que hizo llorar a todo el mundo, además teniendo en cuenta que lo de mi abuela estaba tan reciente imaginaros cómo estábamos todos, después fue otro primo mío el que preparó una carta divertidísima, nos reímos muchísimo porque contó con mucho humor nuestra historia, y por último y como sorpresa que nadie sabía fui yo quien leyó una carta a mi marido, allí ya sí que sí acabó todo el mundo llorando.