La boda de Alba y Ignacio en Valencia, Valencia
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A&I
28 Sep, 2013El día de nuestra boda
Después de casi dos meses, tengo un momentito para escribir cómo fue ¡nuestro gran día! Bueno, a las 6 y media de la mañana ya estaba arriba porque a las 7 tenía que ir a que me peinara la amiga de mi madre, que es peluquera. Durante dos semanas antes me estuvo haciendo el color y, la noche anterior, me puso los rulos, con los que fui por plena Valencia a las 9 de la noche en Juan Llorens, ¡¡todo el mundo mirando hasta que llegué a casa!!
Una vez peinada me fui a casa de mi madre, toda peinadísima, con cara de sobadísima, pantalones cortos y camisa vaquera... la gente pensaba que venía de un ‘after’. Subo y ahí estaban todos tranquilamente desayunando, mi madre, hermanas, cuñado, sobrinas y mi hija. ¡Y yo con retortijones de los nervios que quería que me saliera todo perfecto!
Mi hermana se dispuso a pintarme (porque lo sabe hacer genial) y todo el mundo corriendo por delante a peinarse y vestirse, así a mi hermana le daba tiempo a pintarme a mí y luego retocar al resto.
Seguir leyendo »En cuanto me terminó de pintar fui al baño porque mis retortijones no me dejaban más... ¡¡y estaba súper ocupado!! Así que corriendo a subir dos pisos a casa de mi yaya, ¡menos mal que vive ahí! Sino me veo yendo a casa de un vecino…
Bajé y me vestí. Mis ‘sobris’ (que tienen 7 y 4 años) también querían ayudar, así que imaginaros mil manitas tocándome. Me puse las joyas y mi cuñado, que se encargó de las fotos, haciéndomelas mientras me terminaba de arreglar, me sentó en el sofá y el padrino aún sin venir… ¡¡se había quedado dormido!! El pobre trabaja de noches y a las 8 estaba en casa de mis tíos (fue mi primo) para dormir un poquito hasta las 11. Llegó mi otra hermana que faltaba, y venga a hacernos fotos. Después mi primo, y seguían las fotos.
Eran las 12 y cuarto y mi suegro continuaba sin llegar con el coche, me llamaron de la floristería y me dijeron que el coche ¡¡aún no había llegado!! Llamé a mi marido enfadadísima, y es que aún no habían salido de casa… ¡¡Creía que me iba a dar algo!! A las 12 y media pasadas (hora a la que era la ceremonia) llegó mi suegro con el coche, nos subimos y llegamos a la Iglesia.
Entré cogiéndome súper fuerte de mi primo, pensaba que me iba a caer. Vi las flores en el altar... Eran claveles y gerberas. Los claveles eran por las fallas y por mi yaya que siempre nos cantaba la canción de "y el clavel, al verte cariño mío..."
Llegué y mi ya marido ya estaba llorando de verme. Mi yaya, que no puede andar, en primera fila como le pedí y al pasar me pegó en el culo y me dijo, “¿has visto que estoy aquí para no perderme nada?"
Empezó la ceremonia y súper bien, pero es que empezó a cantar una señora la canción de Ave María y venga a reír porque a la mujer se le iba la voz... nos dijeron que era la que mejor cantaba.. ¡¡y yo no podía parar de reírme!! Me sabía fatal, pero ¡hasta la cara de mi primo era un poema!
Tuvimos que decirnos las palabras, Ignacio súper bien del tirón, pero yo ahí que empecé a hablar, y venga a llorar… No había forma de que se me entendiera lo que le tenía que decir... Me emocioné tanto... Hemos pasado tanto hasta poder casarnos, que me parecía increíble estar ahí con él de la mano... ¡¡por fin nos estábamos casando!!
Llegaron las arras y mi sobrina de 7 años dijo que salía con el de 3 porque es muy peque y no quería que se le cayeran. Acepté, las cogió y ¡se le caen a la pobre! De repente la gente vio que me agachaba corriendo a buscar moneditas por el suelo... ¡¡pero las encontramos todas!!
Luego mi hija que tiene 3 añitos, con mi ‘sobri’ de 4, nos trajo los anillos y se quedaron con nosotros en la boda, ¡¡no había forma que se fueran!!
Llegó el momento de dar la paz y dijo el cura, venga, ¡daros un buen beso, pero sin vicio! Y nuestra pequeña volvió a nosotros y se quedó en medio.
Cuando hubo que comulgarsme tomé la Hostia y se me pegó en el paladar. Mi marido y yo riéndonos porque no me la podía despegar. Me iba a beber el vino.... y ¡se me cayó en la copa! Me puse coloradísima y ¡¡sin parar de reírme!! El cura miró con asco la copa y se fue a tirarlo a cambiarlo, ¡no me extrañó nada!
Luego salimos y todo genial, cañonazos de flores, arroz tintado hasta en los apellidos que hice una semana antes... genial. Subimos al coche y mi marido sacó el portátil para grabar las canciones en los CDs, ¡¡aún no lo habíamos hecho!! Así que le dijimos a mi suegro que nos llevara despacio hasta l'Albufera, ¡¡porque no se grababan!! Llegamos, damos los CDs, y nos dijeron que no se leen… Vuelta al coche, los pusimos, se escuchan y no sé cómo lo hicimos pero al final tuvimos música en la boda.
A mi marido los zapatos le hacían muchísimo daño, así que en lugar de ir mesa por mesa dando los regalos, los llamamos a todos como si fuera una graduación, nadie supo por qué lo hacíamos, pero a todos les encantó porque se sentían también importantes por un momento.
Le regalé el ramo a mi hermana pequeña, no se lo esperaba, pues siempre he dicho que me quedaría el ramo, así sabía seguro que nadie le iría con el chisme. Le puse la canción de nuestra abuela del clavel, y lloramos las dos un montón, cuando se lo di me dijo, "¿de verdad es para mí?" ¡aún no se lo creía!
Luego estuvimos ya bailando hasta las 8 de la noche, que nos fuimos vestidos tal cual con unos amigos a cenar y a tomar algo por Juan Llorens, la gente nos felicitaba a nuestro paso, a donde íbamos a tomar algo o a cenar, nos tomaban fotos, la verdad es que fue un día genial, ¡hasta me rompí el traje de lo que disfruté! Creo que en una foto se nota, pero es que ese día es para disfrutarlo, me daba igual mancharlo, romperlo... sólo quería que ese día ¡fuera nuestro!
Espero no haberos aburrido demasiado con mi relato, pero después de dos meses...
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