La boda de Aixa y Jona en Saelices, Cuenca
En el campo Verano Azul 9 profesionales
El 23/06/2018 198 1 0
A&J
23 Jun, 2018
El día de nuestra boda
Después de preparar la boda con mucha antelación para no agobiarnos, cuando llegó el día se me echó el tiempo encima (a la novia no, ella estaba con sus propias preocupaciones).
En el lugar de la boda, Casas de Lujan, en un pueblecito de Cuenca, a medio camino entre mi familia de Toledo y la suya de Alicante, donde celebrábamos ceremonia, banquete y fiesta, empezaron a llegar los invitados mucho antes de lo previsto, y como la novia no estaba, todos me buscaban a mí, que aún estaba terminando de montar decoraciones que habíamos realizado nosotros.
Cuando llegaron los fotógrafos (Rítmica producciones), se terminó el tiempo y empezó "la relajación", porque ya estaba todo hecho.
En el altar, ¡la novia me tuvo una hora esperando! Pero no fue porque no quisiera casarse conmigo (o eso dice) sino por un problema con el vestido... ¡Qué vestido más bonito!
Cuando por fin llegó, la ceremonia fue muy bonita, sus hermanos (ahora también míos) y mis mejores amigos (ahora también suyos) leyeron unos textos que nos dejaron a todos con la lagrimilla en el ojo y muchas risas.
Seguir leyendo »A la hora del cóctel nosotros nos quedamos por la misma finca, ya que es muy bonita, haciéndonos algunas fotos, y llegamos a tiempo de probar algunos platos. La cena empezó con nuestra entrada con la canción de La Bella y a Bestia "Qué festín", fue muy divertido y luego comimos como no está escrito. ¡Qué rico estaba todo! ¡Un menú de 10! Tenemos invitados que aún nos recuerdan el cordero...
En mitad de la cena las hermanas nos cantaron durante 10 minutos una canción compuesta por ellas sobre nuestras vidas, ¡fue un acto heroico! ¡Jajaja!
Tras la cena, el baile, que quedó muy bonito con las fuentes de fuego frío que habíamos preparado, y empezó la fiesta y la hora de retratar a todos nuestros invitados con una caricatura especial para ellos (fue nuestro regalo).
Lo bueno de esa finca es que tiene suficiente sitio para todos, así que no hubo que coger autobuses ni nadie conduciendo, todos a dormir allí, y al día siguiente a la piscina y una paella, ¡que cómo estaba señores!
Y después de la paella, ¡de vuelta a casa para coger el avión e irnos de luna de miel a Tailandia!
¡Fue un fin de semana que quedará para el recuerdo!
Nada más que decir, ¡puedo recomendar 100% a todos los proveedores que contratamos porque quedamos muy felices con ellos!
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