La boda de Aitor y Saioa en Amurrio, Álava

El día de nuestra boda

La última noche como soltera la pase con mi mejor amiga, estuvimos hablando, riendo y llorando, cenita de sushi, mascarilla facial y a dormir para descansar lo máximo posible.Llegó el gran día, tanto tiempo esperando este momento, tantas horas invertidas planificando y organizando. Me ayudaron a vestirme mis Aitas y mi mejor amiga en mi casa, fue un momento muy bonito e intimo lleno de ilusión, sus caras de emoción las tengo guardadas en mi retina. A las 12:00 nos recogió un mercedes clásico hasta llevarme al lugar de la ceremonia, un caserío antiguo del Siglo XII, Restaurante Bideko en Amurrio. Celebramos todo en el mismo lugar, ceremonia, cóctel, banquete y fiesta. Fue una decisión super acertada porque para los invitados que acudían en autocares o coches fue mucho más fácil y sencillo ir a un unico lugar.La ceremonia fue única y excepcional, tuvimos la oportunidad de celebrarla en el exterior, nuestros amigos más cercanos nos dedicaron unas palabras que nos emocionaron muchísimo. Nuestra pequeña perrita pudo estar con nosotros ese día, ella forma parte de nuestra familia. Nos hizo por suerte un día precioso, a finales de septiembre la luz es especial. Mientras los invitados disfrutaban del cóctel, fuimos a un viñedo cercano a sacarnos unas fotos y al volver con el resto de invitados celebramos la llegada con música en directo de un estilo swing que hicieron que todos cantasen y bailasen.En el banquete estuvimos sentados con nuestra familia más cercana, no gustó mucho poder ver a todos nuestros seres queridos recibiéndonos al entrar, fue impresionante. Teníamos visión de todo lo que sucedía en todo momento. Por nuestra parte hicimos entregas de unos detalles solidarios, donando parte a la Federación Española de Enfermedades Raras (feder). Al terminar el banquete hicimos por tradición la tirada de ramo, y por cambiar un poco también tiramos una txuleta. Los invitados casi se pegaban por cogerla, fue un momento muy gracioso y que no se esperaban.Antes de realizar el baile hice entrega del ramo original a mi Ama, con unas de sus canciones favoritas, no sé lo esperaba para nada. Una emocion inmensa en la que todos los invitados nos hicieron un corro super bonito.Y llegó el momento de la fiesta, lo dimos todo y todos, bailando jovenes y más mayores, niños. Pusimos un córner con un sofá con neón, accesorios y photocall qué triunfo bastante.A la mitad de la fiesta, salimos disfrazados entregando barritas luminosas y pulseras. Todo lleno de LEDs de colores, todos saltando, cantando y bailando. ¡impresionante! Volveríamos a hacerlo igual sin ninguna duda, cada parte, cada momento, cada sonrisa, cada emoción, cada lagrima estan guardados en nuestros corazones, para siempre.