La boda de Adrián y Vicky en Calp/calpe, Alicante

Subí y ahí estaba, el novio más guapo con su traje rojo de Milán en Gandia y llorando de alegría al verme entrar. Una violinista tocando una de mis canciones favoritas, Just the way you are, de Bruno Mars… ¿Qué más podía pedir? Hubo momentos perfectos que solo tienen valor para nosotros. Hicimos el ritual de la arena y todo el mundo quedó fascinado, nos dimos el "Sí, quiero" y ya habíamos afirmado lo del día anterior, delante de todo nuestro mundo. Antes de salir, la organizadora del hotel nos advirtió del viento que hacía en la zona del cocktail del Suitopia y nos preguntó si queríamos realizarlo finalmente dentro del salón, que había espacio suficiente. Evidentemente, dijimos que sí, puesto que hacia bastante aire. Tiraron la traca final los amigos del novio y todos fuimos hacia el banquete.

El padre del novio, entre fotos de después de la ceremonia y saludos, se le olvidó el coche nupcial en el parking. Y ahí nos quedamos los novios, desamparados en un portal, con un viento que hacía ocultarse a todo el mundo que había en la calle, sin ningún tipo de comunicación, esperando. Llegó el coche y ya era la hora de llegar al cocktail. Nos encontramos con mis amigos que también tenían traca para la llegada. Y ahí en medio se tiró y subimos al primer piso donde estaba el banquete, ya todos los invitados comiendo los canapés que tan ricos estaban y con su copita de lo que quisieran. En un rincón estaban las fotos de nuestros "abuelitos" donde queríamos que estuvieran. Al fondo la mesa de dulces con un montón de berlinas, de todo tipo, unas cuantas chuches y nuestra tarta de boda, clásica y elegante con sus 4 pisos de la pastelería Diego de Jávea, era perfecta.

Y tocó otra sesión de fotos, por familias. Cuando nos dimos cuenta ya nos tocaba hacer la entrada. Nos fuimos a la entrada del salón mientras los invitados iban cogiendo asiento y el hotel nos trajo la bebida que quisiéramos, un canapé de cada y dos minutos de relax. Entonces sonaba la música de introducción de Disney y seguidamente la de Hhighway to hell, de AC/DC, para que quedara claro las dos caras que tenemos. Nos paseamos y a la mesa. Empezaron con el menú, que todo estaba de 10. Nuestro camarero siempre atento. Entre plato y plato nos asomábamos a las mesas. Entre pausas pusieron videos cada uno de los grupos de amigos, muy bonitos y emotivos. También algunos regalitos...

Y llegó el corte de tarta, que habíamos comprado una espada, en espadas Toledo, de nuestra serie favorita y grabada. Seguidamente abrimos el baile con una canción que habíamos ensayado durante el último mes a ratitos y empezó el baile. Después de un par de canciones tiré mi ramo de novio al estilo americano, con la suerte que le cayó a una buena amiga. Y el resto ya solo vive en nuestra memoria... ¡Y en algunos vídeos de mi hermana mayor! Gracias por leerme.