La boda de Adrián y Alexandra en Logroño, La Rioja

Una vez hechas las fotos en casa tenía como tres cuartos de hora hasta la ceremonia, así que como ya estaba lista y desde mi casa hasta la iglesia hay 2 minutos en coche después de hacer cuatro fotos más y organizar un poco el cotarro nos bajamos al coche y nos tocó hacer tiempo sentados dentro, jajaja. A pesar de eso llegamos a la iglesia antes de tiempo y me tocó esperar dentro del coche, tapándome con el ramo, a que mi ahora marido entrara porque la gente aún no estaba no sentada. Menos mal que fue bueno y no se giró. Tras el único momento pánico del día todo fue rodado, entré en la iglesia, que estaba preciosa, del brazo de mi padre, saludando y sonriendo, y así me mantuve el resto de la ceremonia, que tuvo sus momentos emotivos cuando nuestros hermanos y un amigo nos leyeron unas palabras. También fue un gran acierto el trío que contratamos para la música, incluso la gente les felicitó a la salida. Mi chico me confesó que se puso nervioso en el momento que me vio entrar en la iglesia y hasta que nos casamos.

Después de la ceremonia todo fue muy deprisa, fotos, banquete y baile. ¿En qué momento dieron las 24? Si solo había pasado un ratito... Durante la comida dimos varios regalitos. A las madres unas cúpulas con flores preservadas, a los padres unas copas grabadas (aquí vino el momento más emotivo e inesperado con mi suegro abrazado a mi marido sin parar de llorar de la emoción), a los hermanos unos gemelos, unos baberos a los que han sido papis hace poco y los novios para los siguientes. Los dimos entre plato y plato por lo que se hizo ameno y a la gente le gustó. Después vino el baile, con baile nupcial sorpresa incluido que gustó y sorprendió bastante. Se suponía que pasada media hora o así del baile iba a dar un ramo haciendo un juego, ya que el mío es un regalo y me lo he quedado, pero la media hora se convirtió en dos sin que nos diésemos cuenta. Y menos mal que me avisó el dj... Jajajaja. Ya se habían ido algunas solteras pero bueno, aun así quedó bonito.

No puedo decir nada malo de ningún proveedor. Los fotógrafos se integraron como uno más, consiguieron fotos y momentos increíbles y animaron el baile con su fotomatón. En el restaurante se portaron de 20 y todo el mundo salió encantado, tanto con la comida como con el trato de los camareros. Estaba todo precioso. Nuestra gente lo dio todo e hizo que el día mereciera la pena y se veía que estaban disfrutando, con lo que nosotros éramos felices. Así que mi consejo es que disfrutéis, que seáis vosotros mismos y os dejéis mimar. Y que merece la pena contratar foto y vídeo, que todo pasa muy rápido y con ello puedes rememorar el día una y otra vez. ¡Un beso!