La boda de Abraham y Chris en Cubas De La Sagra, Madrid
Rústicas Primavera Azul 10 profesionales
A&C
01 May, 2022El día de nuestra boda
Un domingo de mayo, el día que casualmente hacíamos 9 años viviendo juntos, a las 9:15 de la mañana, emocionada, con una maleta y una funda de tela que contenía mi vestido de novia, monté en un Cabify con destino a La Casa de Los Cassy, el precioso lugar donde nos casamos.
A mi futuro marido le había visto al despertar en nuestra casa, donde primero fue nuestro fotógrafo, Eduardo Allanegui, a hacerle las fotos junto a su padre y su hermano.
A la llegada a Cubas de la Sagra, el conductor me dijo: ¿vas a una boda? Y yo, emocionada y sin poder creerlo, en ese momento le contesto: Sí, soy la novia.
Después de saludar a las personas que en ese momento estaban trabajando en el montaje de nuestra boda, comentar unas cosas con Pablo y Amanda de Casseroles Catering en el jardín, y volver a sentir mucha emoción y ubicar mis cosas en la habitación de la novia, llegó mi mejor amiga para peinarme y maquillarme, ya que es peluquera y, además, era su regalo para mí, y al rato vino Eduardo a hacer las fotos de mis preparativos y de mis zapatos azules de José Illana y mi ramo de Auro Floral. Fueron unas horas muy emocionantes, aproveché para hacer regalos especiales a mi amiga, otra amiga y a la tía de mi novio, porque nos ayudó mucho con decoración de la boda hecha por ella.
Seguir leyendo »Y de repente ya se escuchaba por la ventana de la habitación que empezaba a llegar la gente y yo miraba sin que nadie me viese por la ventana que da a la parte del jardín donde se iba a celebrar la ceremonia. Emoción máxima, no sabía si reír o llorar.
De repente, comenzó a sonar de la música de la recepción, contratamos un pianista con Decuerda, y luego sonó la canción de la entrada del novio, mientras mi hermano y yo estábamos esperando el momento de salir al jardín, mientras nos hacía fotos Eduardo.
Yo salí ya emocionada, después haber recordado a mi padre con mi hermano, y seguí emocionada, porque al ver a mi futuro marido esperándome y todos nuestros invitados se me salía el corazón del pecho. Fue una ceremonia civil y sencilla, pero, para mí, la más bonita del mundo, con lecturas de dos íntimos amigos. Salimos dando saltos de felicidad a ritmo de Viva La Vida de Coldplay, entre pompas y confeti de flores.
Disfrutamos del cóctel, aprovechamos para ver a todos los invitados, saludar con ilusión de volver a ver por fin a los que venían de lejos, de otras ciudades y países y a los que venían de cerca.
Antes del banquete, nos hicimos fotos y salimos dándolo todo con una canción de Franz Ferdinand, entre aplausos y servilletas girando en el aire. Comimos la espectacular comida de Casseroles Catering, reímos, repartimos regalos, entre ellos los llaveros solidarios de Cris contra el Cáncer, partimos la tarta, y nos besábamos cada vez que mi familia chocaba los tenedores contra las copas, porque es una tradición alemana. Dimos un discurso improvisado… Y después tiré el ramo de chuches, y fue un momento muy divertido al ritmo de Single Ladies. Mi marido y yo bailamos, yo ya con mis Converse de novia, nuestra canción, y después animamos a los invitados con la banda sonora de Grease a darlo todo, y todo lo dimos. Bailamos, reímos y seguimos bailando hasta el final de la fiesta con las mejores canciones que nos puso nuestro DJ Borja, de Dosaune.
El domingo más bonito que recordaremos siempre, con un sol maravilloso, que nos dejó celebrar toda nuestra boda de inspiración viajera en el precioso jardín de La Casa de los Cassy, con nuestros seres queridos.
Las preciosas fotos de Eduardo y Eva (Eduardo Allanegui) os enseñarán nuestra boda.
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