Estudié magisterio y me dediqué a ello durante un largo tiempo. Todo comenzó cuando me enfrente a mi primera boda de día en la que debía lucir un tocado, oportunidad que estaba deseando tener, y así comenzó todo. Me diseñé mi propio tocado y todos los complementos de ese día. De esos buenos resultados, salieron más propuestas, de esas más aún y desde entonces no pude parar, por esta razón me formé en las mejores escuelas de sombrería de España y me rodeé de la sabiduría de grandes profesionales del sector absorbiendo cada técnica con pasión para dar lo mejor de mí a cada una de vosotras.

Hoy, lo que un día fue un sueño, se ha convertido en mi pasión y mi modo de vida. Hacer sentir a cada mujer como yo ese día me sentí, única y especial. Buscaba un nombre que marcara y definiera todo lo que englobara el sentimiento que vivía al crear y lucir cada una de mis piezas, y fue ella, mi madre, la que un día apoyada en el marco de la puerta observándome trabajar verbalizó ese adjetivo, levanté la mirada y todo cobró sentido: ¡Hija, te sientes dichosa!

Siempre hay un momento mágico cuando tengo un proyecto nuevo sobre la mesa, y es ver en el momento de la entrega la cara de nuestras clientas o ese mensaje envuelto de emociones y gratitud que nos envían. Es en ese momento cuando se reafirma la pasión y la confianza de seguir con este gran proyecto. ¿Me acompañas?