Castillos Salamanca

Cuando organizamos la boda siempre fue nuestro número 1. Dos eran las causas principales, sobre todo, el estar en medio de la plaza mayor a escasos 10 minutos de la catedral fue lo que inicialmente nos movió y segundo, la comida. Nosotros somos de buen comer, y la verdad que sí, todo el mundo recuerda lo bueno que estaba tanto el cocktel como la comida, increíble. Desde el momento 1 el trato fue maravilloso y Andrea nos lo puso muy fácil. En el día de nuestra boda todo fue como nos lo esperábamos, estuvieron todos muy atentos de nosotros y de todos y si algo me comentan los invitados con insistencia es eso, la amabilidad y el buen trato. Si tuviera que poner una pega (también comentado por los invitados) es el DJ, el cuál no consideramos que estuviera a la altura.

No puedo estar más satisfecha con el lugar de celebración de mi boda medieval, se trata de un castillo autentico donde los dueños son una familia encantadora y cercana que se adaptan a lo que tu quieres y te dan todas la facilidades dándote flexibilidad para todo. Se esmeran en muchos detalles y, sobre todo, son muy cercanos. Recomendable 100%, lugar y entorno.

No hay palabras para agradecer que hicieran de nuestra boda algo increíble, involucrándose al 200%. Desde la preparación del evento completo (ceremonia, banquete y baile) hasta la atención por los pequeños detalles. Un 10 al Parador y a todo su personal.

Aunque vivimos en Madrid queríamos algo especial. Después de mucho buscar dimos por casualidad con el lugar, no muy lejos de Madrid y por eso muy práctico. Palacio de Montarco es el sitio perfecto. El edificio es simplemente mágico, parece que estés viviendo un cuento de hadas. Estéticamente, el palacio del siglo XV es impresionante (único) y lo tuvimos sólo para nosotros (garantizan exclusividad). ¿Os podéis imaginar qué es tener privacidad total en un auténtico palacio? Nuestra boda era civil, por la tarde. Nos la organizaron en el claustro renacentista. Cuando terminamos, nos esperaba un delicioso cóctel en los jardines, amenizado con música de jazz. El ágape fue en uno de los salones, el del conde, con esos artesonados, techos altos, tapices... Después disfrutamos de un DJ fantástico toda la noche, en el salón de carruajes. En cuanto al servicio, no hay palabras para describir su labor. Son verdaderos profesionales, desde el primer día hasta el último. Decoraron el palacio como no podíamos imaginar, lleno de detalles en todas partes. No faltó nada. Todo el equipo es encantador. Se vuelcan contigo, como si fuera su propia boda la que organizan. La comida estaba exquisita, de 10. Y encima pusieron a nuestra disposición las 3 suites que tienen, que son de hotel de 5 estrellas. Yo me vestí allí, mientras miraba cómo se preparaba todo en el claustro...era simplemente irreal. En fin, que fue una experiencia absolutamente perfecta. Inolvidable. Porque fue completa. Si una novia está buscando algo especial, diferente, original y divertido, yo le diría que éste es el lugar ideal. Desde el punto de vista más práctico, te garantizan la perfección en todo, y simplemente te despreocupas. Y desde el punto de vista romántico y de celebración, creo que no puede haberlo más.