Profesionalidad y cercanía de todo el equipo
Nuestra experiencia con Mayte y su equipo fue genial, en todo. Trato cercano, profesionalidad, empatía con nuestras dudas... un 10. Digo nuestra, porque no solo se encargaron de mi maquillaje y peluquería sino también del de mi madre y hermana. Siendo tres estilos totalmente diferentes en cuanto a peinados y maquillajes, los ejecutaron a la perfección. Cuando buscaba peluquera y maquilladora, llegué a su peluquería con muchas dudas porque no había trabajado antes con ellas y me daba miedo ponerme en manos de alguien que no conocía en un día tan importante. En mi cabeza tenía claro lo que quería: un recogido y qué tonalidades de maquillaje, pero no sabía explicarme, lo que me agobiaba, pero Mayte fue muy paciente y profesional, dándome seguridad y aconsejándome y no dio las pruebas por buenas hasta que yo me sentí a gusto. De tal forma, que el día de la boda estaba muy tranquila en sus manos. Habíamos congeniado bien en las pruebas y sabía que lo tenían todo bajo control. Otra de las cosas que he de destacar es en relación a la selección de los productos, puesto que yo sufro de alergias y desde el primer momento hicimos pruebas con varias marcas para ver que no hubiese reacciones que pudieran darnos algún susto; lo que me dio mucha tranquilidad, puesto que Mayte lo tenía todo apuntado y controlado para que no hubiera lugar a ninguna duda. Por último, pero no menos importante el velo... en la tienda donde compré el vestido ponían una peineta de plástico e insistían que se las ponían a todo el mundo, que con las de metal había riesgo de poder rasgar el velo. Les llevé la peineta de metal que me facilitó Mayte porque ellos no tenían y se negaron a cosérmela, pese a que me habían dicho en pruebas anteriores que me la pondrían; momento pánico. ¿Ahora qué peineta pongo? Los de la tienda se desentendieron, pero se lo comenté Mayte y me dijo que si me ponían pegas, que ellas se adaptaban, que no me agobiase; pero insistió en que si podíamos poner la de metal, mejor, puesto que con la de plástico había riesgo de que pudiese partirse o no agarraran bien las horquillas. Surgió la duda. ¿Hago caso a los del vestido, peineta de plástico y corro riesgo de que se parta, o hago caso a peluquera y según los de la tienda de vestidos corro riesgo de rasgar velo? Decidí a apostar por Mayte, puesto que al final era la que iba a colocármelo y si bien es cierto que ninguna novia quiere que se le caiga el velo, tampoco diría mucho de la profesionalidad de una peluquera que se caiga; y volvió a quedar patente la profesionalidad de todo el equipo como en todo lo anterior. Finalmente, la peineta de metal, ante la negativa de la tienda, la cosió mi madre. Y he de decir que el velo, aunque parezca que es de un tejido ligero, el velo pesa, y pesa bastante; en mi caso eran unos 3 metros, con lo que tiene que quedar bien sujeto durante la ceremonia y después durante el reportaje de bodas. En mi caso, las fotógrafas lo pusieron a prueba en más de una ocasión, lanzándolo al aire, cubriéndonos a los dos con él. Vamos, que yo decía: en una de estas, arrancan velo y deshacen todo el peinado. Pero nada que ver... aguantó perfectamente todo el reportaje, no se movió el peinado, no se rasgó el velo con la peineta de metal como decían en la tienda que podía ocurrir, y cuando llegamos al hotel y el momento de quitarlo como por la mañana, Mayte le indicó a mi hermana cómo tenía que colocar las manos para proteger el peinado y quitar las horquillas que sujetaban el velo sin desmoronar el peinado; nos costó sacar las horquillas de tan sujeto que estaban, pero una vez, localizadas; las retiramos, velo fuera y peinado perfecto.