Nefasto, nefasto
Nefasto. Contratamos varios proveedores para nuestra boda, la experiencia general con todos ha sido bastante positiva, pero con la empresa de autobuses, nefasta.
S. y su equipo nos brindaron el servicio con 2 autobuses, pero, también hubo varias cosas feas que no nos gustaron nada y que queremos indicárselo a futuros usuarios. Queremos recalcar que después de la boda y antes de dejar esta opinión, hablamos con ellos por teléfono para explicarles lo que nos ocurrió, pero S. escurrió todas las responsabilidades siempre acusando a otra persona, causa o factor externo.
Impuntualidad: Los autobuses salieron con 30 minutos de retraso, con el consiguiente retardo para la ceremonia y toda la boda. Esto se debió a que no aparcaron frente al lugar de salida acordado (la puerta de un hotel), sino que lo hicieron en una calle contigua. No había ningún problema para parar en la zona acordada ni bloqueaba el paso del resto del tráfico, sin embargo, decidieron esperar en otro punto.
Como el bus no aparecía, uno de nuestros padres y unos amigos, que tenían el teléfono de contacto de S., tuvieron que salir corriendo para localizarlos (lo ideal para una tarde de verano en los momentos previos a una boda). Finalmente los autobuses fueron a la puerta del hotel, pero tarde y después de crear esta desagradable situación ante la incertidumbre de 80 personas y la mediación de unos invitados.
Falta de decoración: Acordamos varios elementos decorativos, que brillaron por su ausencia. La impresión de unos carteles que diseñamos, que nunca se llegaron a poner en el autobús. Y unas flores/globos en los asientos sin que molestaran al conductor, que tampoco se pusieron.
Dejaron lejísimos a los invitados: La boda se celebró en el complejo de un restaurante, y se podía aparcar en la misma puerta. El restaurante organiza numerosas bodas al año, y todos los autobuses que se contratan aparcan en la puerta. Por tanto, no hay excusas que valgan. Pero, previamente, por si había alguna duda o problema, a S. le explicamos por teléfono y por email cómo hacerlo. Además, le dijimos que podía preguntar al vigilante de la caseta (en la entrada del complejo) cómo pasar y le facilitamos el teléfono del restaurante. Estas 4 modalidades no fueron suficientes, puesto que aparcó donde quiso, que fue bastante lejos, y la gente tuvo que caminar durante unos minutos.
Esto se habría quedado en una desafortunada anécdota si solamente hubieran utilizado el servicio de autobús personas jóvenes, pero había gente mayor, personas con muletas y nuestras abuelas, que llegaron agotadas y muy enfadadas.
Comunicación nefasta: Como la comunicación nos pareció nefasta desde el momento del pago de la reserva, optamos por dárselo todo mascado a S. (un email con todo explicado como si fuera un niño, con horarios, turnos, direcciones, decoración y teléfonos de contacto de emergencia), aún así, pareció obviarlo. Lo mismo ocurrió con alguna pregunta que le hicimos. Se evidenció el poco caso que hizo cuando el día de antes nos llamó para pedirnos cosas que ya tenía en ese email detallado, como por ejemplo el contacto de emergencia.
También hubo otros detalles extraños que nos llamaron la atención, como que la empresa tenga un nombre diferente al de bodas.net (se llaman Jorgebus S. L.), que nos propusieran realizar la segunda parte del pago en efectivo y en una cafetería (algo que no hicimos así), que el día de antes nos pidiera por email nuestro teléfono (habíamos hablado 2 o 3 veces) o que tuviéramos que insistir varias veces en la emisión de la factura.
Por suerte, el resto de la boda salió genial, pero ante el temor de que los trayectos de vuelta no salieran del lugar acordado, después de cenar tuvimos que llamar enfados a S. para que los autobuses de vuelta salieran de la puerta del restaurante. No es algo de lo que te quieras ocupar en tu propia boda, pero al menos sirvió para que la vuelta saliera desde donde debía.
Todo lo raro comenzó después de hacer un pago inicial, sino no habríamos contratado los servicios de esta empresa.
Conclusión: brindaron el transporte, pero nunca volveríamos a recurrir a sus servicios por los constantes descuidos, la poca profesionalidad, el nefasto servicios de atención al cliente y la negativa a aceptar cualquier crítica echando la culpa siempre a un factor externo.
Cuidado, recordamos que también operan con el nombre de Jorgebus s. L.