¿Llevarás velo o mantilla?: consejos para decidirte
¿Qué diferencias hay entre uno y otro? ¿Qué es lo más apropiado para mí? ¿Cómo me decido? Te ayudamos a que resuelvas todas estas dudas y puedas tomar la mejor decisión para tu look de novia.
Si ya tienes claro el estilo de vestidos de novia que te gusta, no esperes a probarte vestidos y a decidir el tuyo, en base a él irán el resto de elementos de tu look. Los complementos son igual de importantes, y cuanto antes tengas el vestido antes podrás dedicarte a ellos. Pero al hablar de complementos no solo tengas en cuenta los zapatos de novia, también la joyería, los tocados, los broches o las coronas de flores serán importantes en tu outfit, sin olvidar el velo o la mantilla, los cuales, además, se verán condicionados por los peinados para bodas que te hagas en tu gran día.
Al margen de los motivos de su origen y de sus diferentes significados a lo largo de la historia, tanto el velo como la mantilla, en la actualidad, son más un complemento del look de la novia que un atuendo con significado propio. No obstante, sigue habiendo ciertas consideraciones a tener en cuenta en torno a estos dos elementos, como la restricción de su uso solo para ceremonias religiosas, pues su esencia se debe a esta tradición espiritual.
El velo
1. Koldo Saenz de Ugarte | 2. Bascón Bodas
El velo es el telo semitransparente de tejido ligero, como organza, chantilly o tul, que luce la novia camino al altar. Puede ser liso, como el de tul de seda, o adornado con detalles, bordados, encaje, cristales, perlas, puntillas… Además, también hay diferentes tipos de velo según su largura y manera de colocarlo. En este sentido, según el gusto de la novia éste cubrirá su rostro, sus hombros o solo lucirá como complemento de su estilismo.
Una novia puede ir velada (el velo cubre su rostro) o llevar el velo por la espalda. En caso de ir velada, así saldrá de su casa y así llegará a la iglesia hasta que sea desvelada o por su padre al entregarla a su prometido o por su futuro marido en el momento de besarla una vez ya casados.
Respecto a su uso, el protocolo dicta que el velo debe ser lo suficientemente largo como para cubrir los hombros desnudos de la novia en caso de llevarlos descubiertos, debe ser de una largura acorde con el tamaño de la iglesia escogida y no puede retirarse en ningún momento del día, únicamente al llegar a la suite nupcial. Sin embargo, esta última condición cada vez recibe menos adeptas pues las novias de hoy día se desprenden del velo una vez pasada la ceremonia.
La mantilla
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La mantilla, pieza española por definición, responde al mismo concepto que el velo, también realizada de chantilly, organza o blonda, se diferencia de éste porque la mantilla está bordada de encaje en su totalidad y por la variedad de formas de colocarse y sujetarse (con broches, peinetas, tiaras, diademas…). Su uso, a diferencia del velo, está permitido también a las invitadas.
Protocolariamente, la mantilla de la novia se usará solo durante la ceremonia, debe cubrir los hombros de la novia y será larga y clara, pero nunca de un tono más claro que el vestido. La peineta que se utilizará para sujetarla (si es el caso) será de nácar y su altura será proporcional a la altura de la novia y del novio.
Hay varios estilos para colocarla: con peineta, al estilo goyesco, sujeta a la melena o a un recogido, al estilo pirata, debajo de un moño, etc. Pero para evitar su vuelo es conveniente fijarla al vestido en la zona de los hombros. Un truco para sujetarla es ladear la cabeza y fijar la mantilla al hombro contrario y viceversa, así quedará colocada correctamente.
¿Cómo me decido?
La regla de oro para no equivocarte es centrar la decisión en el vestido de novia. La pieza clave de tu look será el vestido, por tanto, los complementos deberán ser escogidos en base a él.
Como siempre, cada tipo de vestido y tipo de velo o mantilla es un caso único, deberás confiar en tu buen gusto para acertar en la elección. No obstante, hay unas reglas básicas de estilismo que debéis seguir:
El velo, en todas sus tipologías, quedará bien con cualquier tipo de estilo de vestido y corte, velos sencillos para looks sencillos o para vestidos recargados; velos amantillados también para vestidos minimalistas o para vestidos con el mismo encaje que el velo; velos cortos a capas para vestidos rectos sin ornamentaciones; y velos lisos, largos y delicados para vestidos voluminosos.
La mantilla, en cambio, es más exigente a la hora de combinarse. Reluce por su elegancia con vestidos sencillos, rectos y sin encajes ni bordados; pero destaca negativamente con vestidos voluminosos o de encaje y bordados, ya que visualmente queda demasiado recargado.
¿Un corte para todo tipo de velos o mantillas? El corte sirena. Al ser un vestido de corte ajustado con la zona de volumen muy alejada de la cabeza es el estilo perfecto para ambos complementos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el peinado escogido, no todos los velos pueden quedar bien en tu rostro o con el peinado seleccionado y éste debe primar sobre el velo pues lo importante es que te sientas guapa y a gusto contigo misma durante todo el día, el velo o la mantilla son accesorios para hacerte brillar.
De la misma manera, debes vigilar con las piezas familiares o prestadas, pueden ser de gran valor para ti, pero no siempre encajarán en el conjunto de tu look.