Sònia y Pol, una boda inspirada en la jardinería

Sònia y Pol querían basar su boda en la jardinería y el amor por lo que se reunieron con Good Feelings Events para dar rienda suelta a la imaginación y crear y diseñar cada detalle del gran día para que tuviera sentido.

La pareja se casó el 31 de agosto en la Iglesia de los Caputxins de Sarrià, en Barcelona. La novia lució un precioso vestido de Jesús Peiró y un elegante semirrecogido con un tocado, sin velo, y el novio un chaqué con corbata plateada y chaleco gris con camisa blanca.

Para dar la bienvenida a los invitados y en previsión del calor, había un carrito de limonada en la entrada de la iglesia y junto a él unos paipáis hechos a mano con el logo de los novios. A la salida se repartieron unos saquitos de tela cosidos a mano llenos de confeti en forma de mariposas de colores. Además, del coche colgaba un cartel en el que ponía en catalán "¡ya estamos casados!” Y unas latas personalizadas también DIY.

Tras la ceremonia se dirigieron a la Masia Ribas, a las afueras de Barcelona. Al llegar, letras de madera, regaderas, plantas y utensilios de jardinería daban la bienvenida a los invitados y les introducían en el mundo creado por los novios.

El jardín y la parte delantera de la casa fueron el lugar elegido para el aperitivo en el que, en cada una de las mesas, colocaron una foto de alguna de las bodas de la familia para que los invitados se vieran representados y recordados.

Bajo uno de los imponentes árboles situaron el fondo del photocall. Decoraron las ramas más bajas, colocaron unas letras grandes con la palabra "amor" y dejaron cámaras para que los invitados pudieran hacerse las fotos ellos mismos en una mesita.

El seating plan estaba compuesto a base de diferentes plantas combinadas con cajas y macetas. En cada planta había un cartel en forma de regadera con el número de mesa y el nombre de los invitados que la formaban.

El comedor al que se trasladaron tras el aperitivo, bajo la pérgola, tenía vistas directas a los árboles iluminados del jardín. Los novios optaron por combinar mesas imperiales con redondas lo que le daba un aspecto diferente y permitió distintos tipos de decoración compuestos por flores, tarritos de cristal y velas colgadas que creaban un ambiente perfecto. Los marca sitios eran una maceta pequeña con el nombre de cada invitado creciendo a modo de planta. Además, cada uno de ellos se encontró una nota personalizada escrita por los novios.

Antes de la entrada de los novios al banquete los invitados disfrutaron de una proyección en la que los novios les daban las gracias por su asistencia. El vídeo relacionaba los invitados con los distintos tipos de plantas y la importancia de cada uno de ellos.

Para su primer baile de casados, los novios sorprendieron con una coreografía donde combinaban diferentes estilos de baile y terminaron con un flashmob al que se unieron muchos de los invitados. Cuando todos estaban ya bailando en la pista se repartieron diferentes complementos: disfraces, gafas y antenas fluorescentes, para ambientar la fiesta como un jardín. Por supuesto, no faltó una mesa de dulces con chuches y pastelitos, además de unas “pociones mágicas” con mensajes divertidos.

Una boda muy especial creada a la medida de sus protagonistas por Good Feelings Events y retratada por la fotógrafa Noemí Jaroid en la que grandes y pequeños lo pasaron en grande en el que seguro que fue un día inolvidable.