Si confías en el lugar cásate en invierno
¿Hay algo más romántico que bailar mientras a vuestro alrededor caen copos blancos como si estuvieran dándoos la bienvenida a vuestra nueva vida de casados? Si sois una pareja atrevida la vuestra puede ser una boda de invierno.
* Artículo cedido por: Rocío Ureta, Finca Aldeallana
Cuando empecé a pensar en montar un sitio para la celebración de bodas me preocuparon dos temas especialmente. El primero, si sería capaz de hacer algo distinto a lo que ya existía. Y el segundo, si además de hacer algo que gustara a los novios, sería capaz de hacerles sentir algo más.
Ahora que Aldeallana se encuentra ya en su cuarta temporada puedo decir con orgullo que la prueba está superada. Y como las bodas en temporada de primavera y verano están en todo su esplendor, hoy quiero hablaros de las bodas de invierno.
Nadie duda que el verano es una época preciosa. Anochece más tarde y la temperatura es siempre buena. Pero cuando veo lo precioso que está el campo de Segovia en los meses de invierno, siempre pienso lo maravillosas que pueden ser las bodas de campo en esos meses tan mágicos como noviembre, diciembre, enero… Y, sin embargo, es una época en la que apenas se organizan bodas.
Y yo me pregunto, ¿por qué no os atrevéis con la boda de invierno y rompéis con la tradicional celebración de verano? ¿Os figuráis cómo quedaría de bonito un vestido de novia con manga larga? ¿Y lo elegante que estaría el novio vistiendo con chaleco escocés de franela?
Ya me estoy imaginando los árboles con velas y a los camareros sirviendo el aperitivo con chaqueta a unos invitados que pueden estar al aire libre alrededor de unas chimeneas exteriores que les reconfortarán.
Os animo a que os atreváis. Hay miles de posibilidades. Sólo se trata de ser un poco diferente, de dejar que vuestras invitadas saquen sus estolas de piel y sus guantes para acompañar sus vestidos y que los señores se pongan sus abrigos… Seguro que os lo agradecen y disfrutan de una boda especial y diferente.
Y qué decir de la decoración interior y de las mesas del almuerzo. Imaginaos todo adornado con velas mezcladas con coles, brezos blancos, rosas, remolachas, flores de pascua, ramas de encina y espino… Y todo lo que la temporada nos ofrece para conseguir un ambiente incluso más romántico que cualquier día de agosto.
El presupuesto, el número de invitados, el sitio que elijas para casarte, puede hacer que tengas una boda estupenda, pero conseguir un día distinto es otra cosa. Y el invierno es una gran apuesta para conseguirlo.