¿Qué se siente cuando te enamoras?
Pienses lo que pienses y sientas lo que sientas, el enamoramiento es el atontamiento más perfecto y maravilloso que puede afectar al ser humano.
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Aunque parezca el tema más trillado del mundo por su cotidianidad, enamorarse no deja de ser uno de los sentimientos más placenteros y excitantes que una persona pueda experimentar a lo largo de su vida. Lo ves por todas partes: el amor está en el aire, y las canciones, las películas y cientos de poemas nos recuerdan que el enamoramiento existe y que disfruta muchísimo volviéndonos locos. Pero, ¿qué se siente al estar enamorado/a?
Distintas formas de sentir
Todos tenemos amigos o conocidos que se enamoran con la misma facilidad con la que se desenamoran, y es precisamente esta condición efímera la que lleva a pensar que el enamoramiento está siempre en un precipicio dispuesto a saltar al vacío en cualquier momento.
Hay personas que cuando se enamoran casi no pueden dormir. Tienen los ojos como platos y, aun estando cansadas, derrochan una energía desbordante. Otros pierden totalmente el apetito porque en sus estómagos ahora viven oleadas de mariposas que revolotean día y noche. Y también hay quien se siente completamente eufórico durante todo el día.
¿Existe una única respuesta?
No. Y es que, por mucho que se intenten unir las piezas y conseguir respuestas certeras, realizar un "análisis sobre los sentimientos prematuros del enamoramiento" es intentar poner en palabras algo inmaterial que solo puede vivirse en primera persona.
Qué pasa cuando se está enamorado
Llegados a este punto, toca hacerse la gran pregunta: ¿qué se siente al estar enamorado/a?
Enamorarse es rendir mucho más, es dormir sabiendo que antes y después de cerrar los ojos, tu cerebro y tu corazón van a estar en total sintonía. Es mirarte al espejo y que, a pesar de tus ojeras matutinas, sientas que la belleza está en tu mirada, en tus gestos, en tu sonrisa. Es convertir el día más frío y lluvioso de invierno en una eterna primavera.
Cuando te enamoras, los cambios se sienten tanto a nivel físico como mental y es difícil esconder lo que estás viviendo. Se suele compartir con la gente a la que más se quiere poniendo sobre la mesa las dudas, las inseguridades…, pero sobre todo la euforia descontrolada que se siente.
El "enganche" debe ser fácil de manejar. Y es que es importante destacar que necesitar a alguien no es estar enamorado. Ser dependiente puede causar mucho daño y, a medida que aumentan las expectativas, lo hacen también las posibles decepciones. Hay que practicar – aunque a veces cueste – un enamoramiento sano. Hay que querer bien.
¿Enfermedad no catalogada?
Aunque para algunos psicólogos el enamoramiento puede considerarse una "enfermedad", lo cierto es que enamorarse es amar las coincidencias. Es una ceguera completa, un programar tu día con base en el objeto de tu amor. Es un "acoso" a tu teléfono móvil, que recibe más de 200 miradas para comprobar si hay algún mensaje nuevo en WhatsApp.
¿Lo mejor de todo? Que para curarse de esta "enfermedad" y que pueda evolucionar sanamente hay un remedio maravilloso: el amor. Si sabes sobrellevar el enamoramiento y consigues salir airoso/a, llegas a un sitio fantástico donde no hay límites ni barreras. Donde no solo ves lo que te gusta del otro, sino que aprendes a enamorarte de las diferencias y a quererte más a ti mismo. Un amor que se convierte en una zona de confort, en un territorio sembrado y cultivado por los dos.
Que nadie te agüe la fiesta
Pienses lo que pienses y sientas lo que sientas, el enamoramiento es el atontamiento más perfecto y maravilloso que puede afectar al ser humano. Es un estado que saca a la luz lo mejor de ti y que te ayuda a relativizar todo lo que te hace daño o no te gusta, porque sabes que lo que estás viviendo es único, es tu verdad y te pertenece solo a ti.
Por lo que, si nos permites un consejo, no lo exprimas todo al principio, deja que sigan aflorando algunos síntomas durante la larga travesía que enlaza el enamoramiento con el amor.