Presupuesto para la luna de miel: en qué gastar y en qué no

En el siglo XVI, las parejas recién casadas bebían hidromiel (agua mezclada con miel) durante todo el mes lunar después de su boda, con la esperanza de tener un hijo varón. De esta tradición surge la expresión actual 'luna de miel'. La Real Academia la define como un período de intimidad para la pareja. Por lo tanto, este viaje puede proporcionar un escape en un entorno diferente, perfecto para descansar tras el estrés de organizar la boda.

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¿Cuánto cuesta una luna de miel?

Según el Libro imprescindible de las bodas –publicado por Bodas.net, Google y Carles Torrecilla–, la luna de miel nacional tiene un coste promedio de 3.000 euros, mientras que la internacional se duplica. Esto representa entre el 15% y el 30% del presupuesto total de la boda. Así que merece la pena poner especial atención para sacarle el mejor partido.

Hay varias consideraciones que hay que tener en cuenta antes de empezar a pensar en el presupuesto de la luna de miel:

• Cuando empecéis a planificar el viaje estaréis descansados ya que aún no os habréis visto inmersos en la vorágine que supone el proceso de organizar la boda.
• Contaréis con el dinero de los regalos, así que cuidado porque esto puede generar ilusión monetaria y no revisar bien los precios que os ofrezcan para la luna de miel.
• Estáis más enamorados que nunca, puesto que todavía no habéis sufrido el "desgaste" del proceso organizativo.
• Será un viaje que recordaréis toda la vida y sobre el que os preguntarán una y mil veces. ¡No es un viaje más!
• Tenéis 15 días retribuidos de permiso en el trabajo inmediatamente después. Descubrid aquí otras (buenísimas) razones para casarse.

Hay una paulatina desaparición de la lista de boda sustituida por la aportación económica directamente en una cuenta corriente, debido a la gran cantidad de parejas que ya conviven y que, por lo tanto, no necesitan equipar la casa con electrodomésticos, muebles o elementos de decoración. Como la boda la pagaban los padres, era de gran utilidad que los regalos fueran para la nueva casa.

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Ahora la boda la pagan los contrayentes y la casa ya está completa. Pero claro, pedir a un invitado que te pague una partida concreta de la boda no tiene sentido ya que son cantidades generalmente muy elevadas y de cosas demasiado efímeras que además quieres elegir tú. Pero el viaje de luna de miel ya es harina de otro costal. 

Puede tener sentido que alguien os regale los billetes, unos días de hotel, excursiones, actividades… ¡Está muy de moda regalar experiencias!

Otra tendencia relevante e interesante es hacer el viaje un tiempo después de celebrar la boda. Eso sí, si eres asalariado/a deberás negociarlo con tu empresa. Hay quién incluso lo enlaza con vacaciones, pero también hay personas que:

• esperan momentos de menos carga de trabajo.
• prefieren ponerse al día en el trabajo tras los días de preparativos y de la boda.
• optan por descansar un poco antes de un viaje cargado de actividades.
• eligen fechas que ofrezcan mejores precios o disponibilidad.
• esperan fechas más adecuadas (meteorológicamente hablando) en el destino deseado para la luna de miel.
• quieren atender invitados que han viajado a España durante esos días.
• prefieren ahorrar un poco más antes de irse de viaje.

En estos casos es muy importante proteger el dinero del viaje en una cuenta aparte, porque podemos llegar a encontrarnos con un largo viaje contratado, pero con poco dinero para los extras que siempre se generan. Así que una buena idea son los paquetes de luna de miel con todo incluido.

Agencias de viajes de novios

Entonces… ¿cuánto se suele gastar en una luna de miel?

Ya hemos visto que la media del viaje suele ser de 3.000 euros (si el destino es nacional) o 6.000 euros si es internacional, pero hay elementos adicionales que pueden hacernos gastar más. Echa un vistazo a estos consejos y tenlos en cuenta antes de empezar a pedir presupuestos, contratar excursiones, etc.

• Si la luna de miel es inmediatamente después de la boda, es importante ser conscientes de que los viajes largos –sumados al cansancio del festejo–, pueden producir jetlag, por lo que no es recomendable gastar en excursiones o actividades los primeros días. 
• En todo viaje es importante fijar un presupuesto de gasto medio diario realista por viajero. Además, no olvidéis planificar la tarifa de datos que utilizaréis en el país de destino. No es algo obligatorio, pero así podréis estar en contacto con vuestros amigos y, además, hoy en día compartir la boda y el viaje en redes, ¡es un must!
• Comunicar que estáis de luna de miel suele dar acceso a ciertos descuentos o cortesías por parte de hoteles, compañías aéreas... Por lo que es interesante preguntar a la agencia de viaje de novios antes.
• Como siempre, recuerda que es bueno pedir tres presupuestos para poder comparar. Eso sí, el más barato no debe ser el elegido casi nunca, al contrario de lo que muchos puedan pensar. Es un viaje en el que no es recomendable arriesgar porque lo recordaréis toda la vida y estar bien asesorado reduce mucho los riesgos (¡y el estrés!). En este sentido si quien te lo vende ha estado en ese mismo hotel por ejemplo, ya tienes mucho ganado.
• Si dudas en contratar algún extra, hoy en día es muy fácil contactar con clientes recientes que hayan publicado su viaje en redes sociales u otras plataformas, y pedirles consejo. Es un tema alegre en el que seguro que encontrarás receptividad y todos querrán ayudarte. Es lo que me sucede a mí con estudios de este sector.
• Hay destinos especializados en lunas de miel y lo cierto es que no es una mala opción, ya que todo está pensado para unos determinados ritmos, adecuados para parejas, y saben muy bien lo que les gusta y lo que desean.  

Ya has visto que con estos consejos, preparar el presupuesto para la luna de miel y decidir en qué gastar y en qué no, os resultará un poco más fácil. Seguro que la luna de miel irá sobre ruedas y volveréis aún más enamorados tras haber disfrutado de buenos momentos de intimidad. ¡Ah! Y volviendo al principio, si estáis pensando en aumentar la familia, no caigáis en la tentación de beber hidromiel y disfrutad del proceso y de lo que venga.