Los 18 poemas más románticos para vuestra boda civil
Federico García Lorca no podía ser más claro al afirmar que, "la poesía no quiere adeptos, quiere amantes". Por eso, ¿qué mejor que incluir poemas de amor para bodas civiles en vuestra ceremonia, llenos también de pasión y emotividad? ¡Os encantarán!
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¡Cuánta creatividad e inspiración pide una boda! Desde los textos para invitaciones de boda hasta las palabras personalizadas que dedicaréis a cada uno de los presentes en las tarjetas de agradecimiento, pasando por las mejores lecturas para una ceremonia civil. Para ayudaros al máximo en esta última tarea, hemos recopilado para vosotros 18 poemas de amor para bodas que, seguro, os encantarán.
Estos versos forman parte de la literatura de todos los tiempos y los encontraréis en estilos muy variados para que os resulte mucho más fácil elegir. La mayoría de los poemas de amor para bodas civiles que os ofrecemos a continuación son poemas cortos para bodas civiles, aunque encontraréis propuestas muy diversas. ¡Empezamos!
- Poemas de amor para una boda llenos de sentimiento
- Poemas de amor cortos para bodas
- Poemas románticos para bodas largos
- Poemas para una boda por lo civil llenos de amor
Poemas de amor para una boda llenos de sentimiento
La mayor libertad que ofrecen las bodas civiles permite que la ceremonia sea fiel a vuestros gustos y a vuestras personalidades. ¿Queréis que el amor esté presente desde el primer momento? Lo conseguiréis con cualquiera de estos poemas de amor para bodas civiles. ¡Serán perfectos para añadir la intensidad deseada y para lograr ese efecto wow en todos los presentes!
1. Quiero, Jorge Bucay
Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mi.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy cuentas conmigo...
Sin condiciones.
2. Del matrimonio, Khalil Gibran
Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
Aunque las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días.
Juntos estaréis en la memoria silenciosa de Dios.
Más dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, mas no hagáis del amor una prisión.
Mejor es que sea un mar que se mezcla entre orillas de vuestra alma.
Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis solo en una.
Compartid vuestro pan, mas no comáis de la misma hogaza.
Cantad y bailad juntos, alegraos, pero que cada uno de vosotros
conserve la soledad para retirarse a ella a veces.
Hasta las cuerdas de un laúd están separadas, aunque vibren con la misma música.
Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener vuestros corazones.
Y permaneced juntos, más no demasiado juntos.
Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro.
3. A veces, Nicolás Guillén
A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: La amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir,
bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor
rompiéndome el pecho,
una flor, y decir:
Esta flor, para usted.
4. Amo, amas, Rubén Darío
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!
5. Cuando por fin se encuentran dos almas, Victor Hugo
Cuando por fin se encuentran dos almas,
que durante tanto tiempo se han buscado una a otra entre el gentío,
cuando advierten que son parejas,
que se comprenden y corresponden,
en una palabra, que son semejantes,
surge entonces para siempre una unión vehemente y pura como ellas mismas,
una unión que comienza en la tierra y perdura en el cielo.
Esa unión es amor,
amor auténtico, como en verdad muy pocos hombres pueden concebir,
amor que es una religión,
que deifica al ser amado cuya vida emana
del fervor y de la pasión y para el que los sacrificios
más grandes son los gozos más dulces.
Poemas de amor cortos para bodas
Como bien dice el refrán, "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Así que no dudéis en incluir algunos de estos poemas de amor cortos para bodas civiles a lo largo de la ceremonia. Son breves, pero especialmente significativos. Tanto, que quizá más de un invitado necesite recurrir a los pañuelos para lágrimas de felicidad en algún momento.
6. Contigo, Luis Cernuda
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
7. Como si cada beso, Fernando Pessoa
Como si cada beso
Fuera de despedida,
Cloé mía, besémonos, amando.
Tal vez ya nos toque
En el hombro la mano que llama
A la barca que no viene sino vacía;
Y que en el mismo haz
Ata lo que fuimos mutuamente
Y la ajena suma universal de la vida.
8. Amor, Salvador Novo
9. Amor eterno, Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
10. Si me quieres, quiéreme entera, Dulce María Loynaz
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, Y gris, verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda!… O no me quieras.
Poemas románticos para bodas largos
Del mismo modo, si no queréis hacer muchas lecturas, pero deseáis compartir con vuestros familiares y amigos todo el amor que sentís y lo felices que sois en un momento tan especial de vuestras vidas, estos poemas de amor para bodas largos cumplirán a la perfección con ambos requisitos. ¡A ver qué os parecen!
11. Bajo tu clara sombra, Octavio Paz
Un cuerpo, un cuerpo solo, un solo cuerpo
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, solo un cuello,
unas manos tan solo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena….
Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.
12. Poema 12, Pablo Neruda
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormía en tu alma.
13. Ven, Rafael Alberti
Ven, mi amor, en la tarde de Aniene
y siéntate conmigo a ver el viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de mi sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene.
Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
aún yéndote, mi amor, jamás te irías.
Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy,
y en ese viento siempre me verías.
14. Besos, Gabriela Mistral
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan solo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Poemas para una boda por lo civil llenos de amor
El amor es el más universal de los sentimientos. Y, como tal, no podrá faltar el día de vuestra boda. ¿Una excelente manera de "gritarlo a los cuatro vientos"? Elegir cualquiera de estos poemas de amor para leer en una boda. Y es que esta poesía para boda lo refleja y lo define perfectamente.
15. Hagamos un trato, Mario Benedetti
Hagamos un trato
Compañera, usted sabe que puede contar conmigo
No hasta dos o hasta diez, sino contar conmigo.
Si alguna vez advierte que la miro a los ojos
Y una veta de amor reconoce en los míos
No alerte sus fusiles, ni piense: ¡qué delirio!
A pesar de la veta, o tal vez porque existe
Usted puede contar conmigo.
Si otras veces me encuentra huraño, sin motivo
No piense que es flojera, igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato: yo quisiera contar con usted
Es tan lindo saber que usted existe
Uno se siente vivo
Y cuando digo esto, quiero decir contar
Aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda, presurosa, en mi auxilio
Sino para saber, a ciencia cierta
Que usted sabe que puede contar conmigo.
16. Tu voz, Federico García Lorca
Tu voz es sombra de sueño.
Tus palabras
son en el aire dormido
pétalos de rosas blancas.
Por tus cabellos dorados,
por tu mirada profunda,
por tu voz nublada y triste
¡rindo mi capa andaluza!
Tienen tus ojos la niebla
de las mañanas antiguas;
dulces ojos soñolientos,
preñados de lejanías.
Al escucharte se siente
dentro del alma un lejano
rumor de cálida fuente.
17. Contigo, Luis Cernuda
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
18. Si has de amarme, Elizabeth Barrett Browning
Si has de amarme que sea solo
por amor de mi amor. No digas nunca
que es por mi aspecto, mi sonrisa, la melodía
de mi voz o por mi dulce carácter
que concuerda contigo o que aquel día
hizo que nos sintiéramos felices...
Porque, amor mío, todas estas cosas
pueden cambiar, y hasta el amor se muere.
No me quieras tampoco por las lágrimas
que piadosamente limpias de mi rostro...
¡Porque puedo olvidarme de llorar
gracias ti, y así perder tu amor!
Por amor de mi amor quiero que me ames,
para que habite en los cielos, eternamente.
Cariño, amor, ternura… Estos 18 poemas de amor para bodas civiles resultan casi imprescindibles en una jornada tan llena de magia. Gracias a ellos, vuestra ceremonia estará llena de grandes emociones de principio a fin. Vuestras respectivas entradas, el intercambio de alianzas, el "sí, quiero", el primer beso de casados y estos poemas de amor para bodas marcarán realmente la diferencia. Y es que la poesía para boda se sumará a los instantes más bonitos, gracias a que habéis encontrado textos realmente especiales. ¡Felicidades!
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