8 formas de lucir el velo de novia
Clásico y a la vez actual: el velo de novia ha vuelto para quedarse. No renuncies a él en tu outfit del día más importante de tu vida. Te contamos cómo lucirlo para que estés preciosa, porque hay muchas maneras de llevarlo. ¡Encuentra la tuya!
El velo de novia tiene múltiples formas, y también existe una gran variedad de opciones para llevarlo. Tu elección dependerá, además de tus gustos, del peinado de boda que hayas escogido junto con tu estilista. Deberás colocarlo de forma armónica con el vestido de novia, que a la vez conjuntará con los zapatos de novia y con el resto de accesorios del look. ¿Lista para barajar posibilidades?
1. Cuña alta
Colocado en la parte superior de la cabeza, deja al descubierto la frente y los primeros mechones de cabello, y permite casi todos los peinados naturales que se te ocurran.
Aparte, la cuña alta podrá jugar a tu favor especialmente en dos ocasiones. La primera: si eres una novia clásica, pues es la manera de llevar el velo más tradicional. La segunda: si no eres muy alta, porque aumenta la estatura visualmente. Saca partido a estas ventajas.
2. Cuña media
El velo sigue quedando en la parte superior de la cabeza, pero algo detrás de las orejas. La cuña media suele necesitar algún tipo de accesorio; generalmente, pasadores con pedrería u otro ornamento. Aunque su uso no está tan extendido, con un recogido bajo queda muy elegante y original.
3. Cuña baja
Para la cuña baja es imprescindible haber recogido el cabello, pues se coloca justo detrás del mismo. Hay que considerar seriamente la largura y el peso del velo, para que no te resulte demasiado incómodo. Si tu velo no es ligero debes evitar esta opción.
4. Tipo jaula
El velo francés es corto y va sujeto a uno de los lados del cabello mediante un tocado de novia. Nace en la parte superior de la cabeza y cae por el rostro cubriendo la frente y, generalmente, llegando hasta la altura de los ojos y la nariz con una red o malla. Favorece especialmente a las mujeres con el rostro en forma redonda.
Resulta ideal si no terminas de verte con un velo de estilo más tradicional, o si el carácter de tu boda es desenfadado o vintage…
5. Que caiga: manta o cascada
Con el efecto rizado o liso, algunos velos caen desde la coronilla de la novia y la cubren por completo, con o sin sujeción. En esos casos, el velo suele estar suficientemente adornado con encajes, puntillas, piedras o perlas, y confiere un efecto muy llamativo al look nupcial.
6. Estilo pirata
Los velos que cubren la frente recuerdan, a la vez, al estilo pirata y al bohemio de los años 20. En cualquier caso, aportan una originalidad al conjunto y permiten apreciar mejor todos los detalles del remate de la puntilla del velo, en contraste con el rostro de la novia. Corónalo con trenzas o con peinados para pelo suelto, con flores y otros detalles para conseguir un ambiente de boda boho chic.
7. Larguísimo
La regla básica es que cuanto más largo sea el velo, más monumental quedará la novia, y también la boda. Un velo que arrastre metros por detrás de la novia llamará más la atención que uno corto, en el sentido de transmitir grandiosidad al evento y ofrecer una estética señorial. Tú eliges, según el aire que tu pareja y tú queráis dar a vuestro día B.
8. ¿Con o sin accesorios?
Dependiendo de la posición en que lo coloques y de si el estilismo está muy elaborado o se trata de un peinado informal, el velo te pedirá o no accesorios: tiaras, diademas, horquillas, pasadores, cintas… Con pedrería, plumas, coronas de flores, figuras de joyería… Intenta no recargarlo demasiado y triunfarás en la elección.
Como ves, hay miles de combinaciones posibles para lucir un velo en el día B. Un último apunte: si lo adornas con flores, cuida que sean afines al del ramo de novia, y ten en cuenta el estilo general de la boda para que el traje de novio cuadre con tu outfit. ¡Ya estás lista para ir fantástica!
