Luna de miel en Portugal
Irse de viaje de novios no significa tener que trasladarse hasta la otra punta del mundo. Para todas aquellas parejas poco amantes de largos trayectos, Portugal es una propuesta interesante, de gran belleza y con mucha historia.
Organizar una boda no es tarea fácil. Son muchas las cosas que hay que hacer, empezando por elegir la fecha y reservar el banquete, escoger el vestido de novia y, cómo no, buscar esos maravillosos zapatos de novia o encontrar esos pequeños detalles de boda para los invitados. Vuestra luna de miel también es importante. Si queréis ir de viaje cerquita, no os perdáis Portugal.
Lisboa, la ciudad de las siete colinas
- Mirador de Sao Pedro Alcantara. Caminaréis, caminaréis y caminaréis. La capital lusa descansa sobre siete colinas y la desembocadura del río Tajo. Desde sus zonas más elevadas podréis ver maravillosas vistas desde sus distintos miradores, como el Mirador de Sao Pedro Alcantara, en el Bairro Alto.
- Tranvia 28. Un largo recorrido pasando por alguno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Podéis ir desde Estrela hasta Graça.
- Castillo de San Jorge. Lisboa se asienta sobre siete colinas. Y sobre la más alta se encuentra el Castelo de São Jorge, muy deteriorado tras el terremoto de 1755. Tiene unas vistas espectaculares sobre la ciudad.
- La Baixa. Sobre la Rua Augusta se articula lo que se considera el centro de la ciudad. Podréis perderos en sus calles y en la Praça do Comércio con su arco y uno de sus lados abierto al Tajo.
- Alfama y Chiado. En este barrio, el más antiguo de todos podreis disfrutar con el Museo del Fado. Chiado es un barrio tradicional, con su estatua de Fernando Pessoa sentado en la terraza del Café a Brasileira. No os perdáis la Rua Garrett y la Rua do Carmo.
- Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos. Dos joyas imprescindibles.
- Museo del Azulejo. Precioso convento que alberga la historia del azulejo con una cafetería con jardín (para llegar, coger el autobús 104 desde Praça de Comércio).
- No os perdáis los pastéis de Belém, el postre más típico de la capital. Por la noche podéis salir a tomar algo por el Barrio Alto.
- Sintra, la romántica. Si vais a estar varios días en Lisboa merece la pena dedicarle al menos uno a conocer Sintra, situada a unos 30 kilómetros. Deteneos en el Cabo do Roca, el punto más occidental de Europa y un lugar perfecto para ver atardecer. Después podéis ir a Cascais y de camino visitar Boca do Inferno.
Coimbra, el secreto mejor guardado de Portugal
A orillas del río Mondego, Coimbra encierra un patrimonio de gran belleza, entre el que sobresale su Universidad y las calles de Ferreira Borges y la Couraça de Lisboa, que marcan los límites del antiguo burgo amurallado del que quedan algunos rastros aislados como el Arco de Almedina, con callejuelas, escaleras, cuestas y calles empedradas.
Oporto, un viaje en el tiempo
Apenas unos cuantos minutos paseando por el centro de Oporto y os dará la sensación de que habéis entrado en un túnel del tiempo. El centro histórico de Oporto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Calles estrechas y los famosos azulejos en las fachadas de los antiguos edificios. Vale la pena perderse por sus callejuelas, la Catedral, el puente de Dom Luis I, que ofrece las mejores panorámicas de la ciudad con la Reira a un lado y el puerto de Vilanova de Gaia o perderse por las bodegas de vino de Oporto.
Tras este viaje de luna de miel en Portugal, podéis estar seguros de que habréis descubierto el verdadero encanto de este balcón del océano Atlántico, que habrá sido el escenario de algunos de los momentos más mágicos e irrepetibles de vuestra vida juntos. ¿Qué os parece? Seguro que te entusiasmarás del mismo modo que lo hiciste al elegir tus invitaciones de boda o al buscar entre un millón de ramos de novia ese tan especial para ti.