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Bodas

Luna de miel en Martinica: la Perla del Caribe

¿Existe en el Caribe una isla escondida con playas paradisíacas de agua cristalina y arena blanca, selvas tropicales, paisajes de ensueño y aroma a vainilla y canela? Sí, y su nombre es Martinica. Tomad nota de sus secretos. Os deslumbrarán.

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Tras el envío de vuestras invitaciones de boda, no solo tendréis que buscar un maravilloso vestido de novia con el que te sientas tú misma o un elegante traje de novio para el hombre protagonista del gran día. Otro tema importante es poneros de acuerdo en el destino de vuestra luna de miel. Si todavía estáis dudando, no os olvidéis de Martinica. Es una preciosa isla francesa en el corazón del archipiélago del Caribe, que forma parte del grupo de las Pequeñas Antillas o "Islas del Viento". Un enclave de gran belleza que, sin duda, os enamorará por completo.

Se dice que en Martinica siempre es verano, y es que su temperatura media es de unos 26º C. Los meses más calurosos son marzo, abril y mayo, mientras que los más fríos son diciembre y enero. ¿La estación sin lluvias? De febrero a abril. Así que si estáis pensando en pasar vuestra luna de miel en esta preciosa isla, deberéis tenerlo bien presente.

También conocida como la Isla de las Flores, la Perla del Caribe o Madinina, nombres que le dieron sus antiguos habitantes caribeños, Martinica encierra mil sorpresas y unos paisajes únicos que no deberéis perderos. ¿Preparados para descubrirlos todos?

Bienvenidos a Fort-de-France

Capital de la isla, es imprescindible pasear por la bahía de Fort-de-France, considerada una de las más bellas del mundo, y por los preciosos jardines de La Savane. También deberéis visitar sus típicos mercados de frutas y especias, contemplar la catedral de Saint-Louis y la biblioteca Schoelcher, y acercaros a los almacenes Perrinon.

¿Más cosas? A unos 7 kilómetros de la ciudad se encuentra la colina Savon, con la iglesia Montmartre de Balata. Desde ahí disfrutaréis de unas magníficas vistas, con la vegetación frondosa del Parque Natural de Balata, la ciudad de Fort-de-France y el mar Caribe como telón de fondo.

Montaña Pelée, un volcán en activo

Si tenéis tiempo, no dejéis de ver Le Carbet, con su gran bahía a los pies de la montaña Pelée, un volcán aún activo que domina la isla de Martinica. Es una zona con paisajes únicos: desde selvas y acantilados hasta un riachuelo que serpentea desde el volcán (ideal para un relajante chapuzón). Le Carbet tiene, además, una extensa playa de arena negra volcánica con palmeras.

Visitando un pueblecito de pescadores

En el extremo norte de la isla, la carretera finaliza en un pueblecito de pescadores que se abre al océano. Es Grand'Rivière, con una situación privilegiada entre el océano y la montaña Pelée.

Descubrid las destilerías de ron Le François, en el centro de Martinica y en la costa atlántica: están rodeadas de cañas de azúcar y una gran barrera de coral. Visitad la Habitation Clément, uno de los lugares más populares de la isla con su gran palmeral, sus árboles centenarios –como los bellos tamarindos–, y, por supuesto, su famosa destilería de ron.

Playas paradisíacas

Todas las playas de Martinica son únicas. Como la del Diamante, ideal para pasar largas horas tumbados y ver sus atardeceres románticos. También destacan las de l’Anse Couleuvre, Grande Anse d’Arlet o Anse Michel, las playas de Sainte Anne, de ambiente bohemio y, especialmente, la Plage des Salines, una de las más bonitas de las Pequeñas Antillas. 

La Route de la Trace

Es una carretera construida en el siglo XVIII por los jesuitas para poder rodear las montañas del Carbet. Recorre unos 35 kilómetros entre Fort-de-France y el pueblecito de Morne-Rouge. No os perdáis las vistas y el bosque tropical que la rodea, con sus gigantescos árboles abrazados por grandes lianas, sus bambúes y sus cascadas, como la de Saut du Gendarme o la Rivera Blanca.

El misterio de los fondos blancos

Otro de los grandes atractivos de Martinica son sus fondos blancos. Se trata de fondos de arena que casi emergen sobre la superficie del mar. Es una experiencia única caminar a más de 100 metros de la orilla de la playa y ver como el agua tan solo cubre hasta la cintura. Podréis ver los fondos blancos a lo largo de la costa sur atlántica de la isla, entre la península de Santa Ana y Le Robert.

¿Qué os parece? ¿Martinica os ha seducido? Por lo demás, si ya tenéis los detalles de boda para los invitados y habéis pensado en todas esas ideas originales para bodas que darán un toque único a vuestro "sí, quiero", os queda muy poco para el gran día. ¡Ánimo!

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