Las princesas de Ubud: una boda balinesa
La novia suele ser la indiscutible protagonista en una boda pero en Ubud ese papel fue compartido entre dos princesas a cada cual más bella. Esta fue la boda de las princesas de Ubud.
*Artículo cedido por: José Bascón
En Ubud, uno de los pueblos más pintorescos y relevantes de la isla de Bali, se celebró una boda única y muy especial, una doble boda real. Por un lado, Ichiro Sukawati, hijo de Tjokorda Putera Sukawati, que habría sido el rey de Ubud, se casó con Cokorda Istri Julyana Dewi, del Palacio PuriAnyar. Y por el otro, el primo de Ichiro Sukawati, Dharma Putra Sukawati, se casó con Gusti Ayu Mahadewi, ambos de familia noble balinesa.
Los lugareños fueron los encargados de decorarlo todo y de hacer ofrendas a los dioses. Una carga bastante grande para el pueblo como para que, en lugar de celebrar dos bodas, se celebraran de forma conjunta.
Por la mañana se celebró el Mekalan-kalan, ceremonia principal en la tradición balinesa que marca la transición hacia la vida conyugal y el compromiso de construir una familia. Ese es el momento en que todo el mundo pudo ver por primera vez a las parejas y en especial a las dos protagonistas indiscutibles, las princesas Istri Julyana Dewi y Gusti Ayu Mahadewi a las que bautizaron como las princesas de Ubud.
En el suelo del pabellón principal del Palacio junto a dos supremos sacerdotes y rodeados de familiares, empezó la ceremonia en la que las mujeres llevaban ofrendas a los dioses que los sacerdotes bendecían, y los príncipes rezaban por su nueva vida de casados mientras los sacerdotes convocaban a los dioses para bendecir a las parejas.
La ceremonia continuó con los príncipes interpretando el papel de granjeros portando cestas de comida con la ayuda de una caña de bambú, mientras las princesas hacían de comerciantes y debían vender lo que sus maridos habían cosechado como símbolo y compromiso de que serán independientes económicamente y capaces de mantener a la familia.
Al terminar, los novios se fueron y los asistentes prepararon el palacio para la ceremonia de la tarde.
Los invitados, al llegar y tras firmar el libro de invitados, recogieron el obsequio que la familia regalaba a todos los invitados (una estatuilla del Palacio de Ubud) y entraron atravesando un largo pasillo de recepcionistas bellamente ataviadas y al son de la música de los tradicionales gamelan.
Sobre las ocho aparecieron las dos parejas ante la admiración de todos. La ceremonia continuó con el widi-widana, donde los sacerdotes invocan a los dioses y espíritus ancestrales para bendecir a los novios. Al terminar, los invitados se acercan a saludar a los recién casados antes de dirigirse a un bufet libre de delicias que dio lugar a una velada llena de charlas, bailes y mucha música.