La importancia del vídeo de boda
Conocer las posibilidades de las que disponéis a la hora de contratar el vídeo de boda y abandonar la antigua idea que se tiene sobre este servicio, es vital. El videógrafo Antonio F. Morenilla nos comenta las últimas técnicas en este ámbito.
Actualmente se está produciendo un gran cambio en la realización del "vídeo de boda" en España. ¿Por qué se pone entre comillas? Bien, lo explicaremos a continuación.
Hoy en día el vídeo de boda se ha transformado y ha pasado a llamarse cinematografía de bodas, queremos cambiar el concepto de cuando nos llaman "el del vídeo" a "el videógrafo". Desgraciadamente hace muchos años, el fotógrafo de bodas utilizaba esta herramienta como una entrada de dinero más. Pasaron los años y el vídeo empezó a desvalorizarse debido a la línea que llevaba; siempre detrás del fotógrafo y atendiendo a sus órdenes, grabando el acontecimiento sin darle importancia a nada de lo que ocurriera en ese día tan especial para los novios.
La fotografía de boda lleva muchos más años en el mercado que la cinematografía de bodas, pero en muy poco tiempo le ha cogido ventaja. Antes iban por el mismo camino, ahora van de la mano pero por caminos separados, como cualquier otra contratación del evento.
Existen muchos videógrafos, cinematógrafos o cineastas de bodas en España dispuestos a dar toda su creatividad en ese día tan especial. Cada uno tiene su estilo y por ello se está generando una variedad muy interesante que la gente desconoce totalmente.
No hace mucho tiempo se grababa con una cámara el día de la boda; era "fácil" captar lo que uno quería para luego hacer un montaje. Pero ahora no. Actualmente se están aplicando reglas de cine al vídeo de boda; queremos cuidar el sonido en la máxima calidad con microfonía, grabamos como mínimo a dos cámaras para poder captar todos esos momentos importantes, utilizamos steadys, travelling, grúas, creamos bocetos, storyboards… En definitiva, impera la creatividad. Deseamos que el vídeo de boda sea una película de verdad, la película de sus vidas.
Hay que darle a los recuerdos la importancia que se merecen, es lo único que os quedará (junto con las fotos del fotógrafo y las de vuestro viaje de novios) con la gran ventaja de que recordaréis ese momento en movimiento y exactamente tal y como ocurrió. La gente le da más importancia al hecho de dar de comer a sus invitados que a sus recuerdos. Es comprensible hasta cierto punto, pero no debería ser estrictamente así.
El ejemplo está en nuestras fotos o en ese vídeo grabado por algún familiar en una Super 8mm. ¿Qué precio le pondríamos a esos recuerdos? Imagino que más de uno habrá dicho que ninguno, pero estos recuerdos que inmortalizamos son esos de los que hablarán nuestros hijos.
* Artículo cedido por Antonio F Morenilla, director de Moreh Productions