La importancia de tener un plan B
Estás organizando la boda de tus sueños en un lugar precioso, en plena naturaleza, y ya imaginas a tus invitados disfrutando de la fiesta al aire libre, bajo los árboles y en mesas primorosamente decoradas con flores. Pero, ¿y si llueve?
Nadie quiere pensar que en su boda las cosas pueden salir mal, pero el barro puede ensuciar tu vestido de novia, la lluvia puede arruinar tu peinado de boda y esos preciosos paquetitos de bombones que has preparado como detalles de boda para tus invitados pueden acabar completamente derretidos. Para evitar estrés, sustos y sufrimiento, lo mejor es tener siempre un plan B. Por lo que pueda pasar.
Una boda se organiza con meses de antelación, aunque los pronósticos meteorológicos solo alcanzan a prever el tiempo que hará, como mucho, durante la próxima semana. Así que es imposible saber con mayor antelación si el sol lucirá o no en el enlace. Y aunque la organización de una boda debe realizarse siempre de forma positiva, imaginando lo mejor para tu gran día y sin esperar que nada pueda estropearlo, no está de más tener un "plan de contingencias" por si acaso. Por ejemplo, si te vas a casar en primavera o en verano y estás organizando una boda al aire libre debes pensar que, sobre todo en primavera y en las últimas semanas de agosto, las lluvias pueden presentarse en cualquier momento.
Asimismo, durante los meses previos a la gran cita también se pueden producir acontecimientos inesperados que lleguen a impedir la celebración de la boda. Llegado el caso (aunque esperemos que no haga falta), lo mejor es haber previsto con antelación diferentes soluciones o alternativas, lo que resultará muy útil para saber qué hacer exactamente en cada momento. ¿Quieres saber cómo estar preparada para lo que pueda pasar? Te lo explicamos.
1. Ten siempre listo un plan B
No se puede prever todo, pero si el día de tu boda cae en una fecha en la que la lluvia es habitual, lo mejor es que empieces a pensar en organizar un plan alternativo lo antes posible. Así, elegid un lugar para la celebración que cuente con un espacio cubierto alternativo. O si lo vais a organizar en un jardín en el que no haya ningún local con tejado, encargad unos toldos o unas carpa sin olvidaros de pedir que instalen también un suelo de madera, ya que en caso de lluvia de poco servirá el toldo o la carpa si el terreno se convierte en un barrizal. Ambos elementos resultarán muy útiles también para albergar a los invitados más noctámbulos cuando refresque por la noche. Les encantará estar disfrutando de las ideas para candy bar hasta altas horas.
2. Si las cosas se ponen muy mal y tienes que cancelar el evento, acéptalo
No se acaba el mundo. Lo más importante es garantizar tu seguridad y la de tus invitados. Consulta con una compañía de seguros para asegurar tu boda en caso de que deba cancelarse a última hora. El gasto no será muy alto y valdrá la pena la inversión.
3. Reaccionar a tiempo
Si unos días antes de la boda las previsiones son catastróficas, no esperes al último momento. Llama a los proveedores y cambia el lugar del evento. Cuanto antes lo hagas, más fácil será trasladar tus ideas de decoración para tu boda al nuevo local.
4. Haz que los invitados se sientan cómodos
Si se prevén chubascos el día de tu boda, avisa a los invitados para que puedan vestirse de forma adecuada. Prepara paraguas y chubasqueros para que familiares y amigos puedan guarecerse bajo la lluvia si empieza a caer después de la ceremonia. ¡También puedes encargar paraguas o chubasqueros personalizados como detalle original para tu boda! Si la lluvia dura poco y seguís con el plan A, es decir, con la idea de celebrar la boda al aire libre, aseguraros de que cuando lleguen los invitados al lugar del banquete las sillas y las mesas estén ya secas y limpias. Todo debe funcionar como si nada hubiera pasado.
5. Tú también debes protegerte
El vestido, el peinado y el maquillaje han costado tiempo y dinero, así que no permitas que la lluvia los estropee. Asegúrate de llevar un gran paraguas el día de la boda y de contar con manos amigas que te ayuden a recoger la cola del vestido de novia de corte sirena para que no se arrastre sobre el barro. No te olvides de llevar un pequeño bote de laca para fijar tu peinado, así como un rollo de papel o de plástico para poder posar para las fotos si las vais a hacer al aire libre sin temor a que el vestido se pueda manchar. ¡Y acuérdate de las botas de agua!
6. No dejes de sonreír
Es el día de tu boda, el destino ha querido que llueva y aún así sigue siendo el mjor de tu vida. Disfruta tu gran día y vívelo con sentido del humor. Respira hondo, deja atrás las preocupaciones e intenta sacar partido de la belleza que aporta la lluvia al paisaje. Además, dicen que la lluvia es señal de buena suerte. Tu gran día será maravilloso, llueva o no. Lo pasarás en grande con todo tu gente. ¡Sobre todo si habéis optado por contratar ideas para photocall!
Lo más importante es que disfrutes y te sientas muy especial. Llévate un calzado alternativo a tus zapatos de novia por si el tiempo se pone feo y, una vez tengas tu plan B bien definido, olvídate de lo demás. Tus invitados se sentirán seguros, lo pasarán muy bien y no dejarán de bailar todas esas canciones para bodas que habéis incluido en vuestra playlist a la espera de saber qué invitada se llevará el ramo de novia.