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Bodas

La historia del vestido de novia a través del tiempo

¿Sabías que durante el Renacimiento las novias se casaban de rojo, que la Reina Victoria de Inglaterra puso de moda ir de blanco o que Audrey Hepburn popularizó el velo corto? La historia del vestido de novia es sorprendente. ¡Te la contamos toda!

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If Photographers

No siempre se han llevado los mismos ramos de novia en las bodas, no todas ellas han llegado al altar sobre el mismo tipo de zapatos de novia, y por supuesto, el paso del tiempo, la evolución de las tradiciones y la moda cambiante han ido modificando el estilo de los vestidos de novia. ¡Descubre su historia!

¿Blanca y radiante?

En sus orígenes el vestido era poco importante y aunque el blanco simbolizaba la virginidad de la novia, no solía ser el color favorito para una boda. La moda va cambiando a lo largo de la historia y cada época tiene su estilo favorito.

Con túnica y corona de flores

Las novias romanas curiosamente también iban al altar de blanco, el color del dios del matrimonio. Se casaban con una túnica sujetada por un cordón de lana, rematada con el nudo de Hércules. Esta túnica se acompañaba de un manto anaranjado o azafrán y la cabeza se adornaba con una corona de flores trenzadas de mejorana y verbena.

Un símbolo de riqueza

Durante la Edad Media y el Renacimiento, el vestido se convirtió en un símbolo de riqueza de la familia de la novia. Eran habituales los modelos con telas en tonos rojizos, púrpuras o azulados fabricados con tintes carísimos, que solo podían adquirir las clases altas. Cuantos más adornos en el traje, más importante era la familia: brocados, terciopelos, sedas adamascadas, pieles de armiño, piedras preciosas… La gente humilde se casaba con vestidos confeccionados en lino o lana.

Y también de azul añil

Si el blanco se relacionaba con la pureza, el azul hasta mediados del siglo XVII se asociaba a la Virgen y fue el color favorito de las novias, porque representaba el amor eterno. Los verdes, los marrones, grises, los tonos piedra y naturales se evitaban ya que se relacionaban con la pobreza y la miseria.

Sin cola y en tonos pasteles

A medida que nos acercamos al siglo XVII las clases altas prefieren los tonos pasteles (rosas, amarillos…) y es frecuente ver a las novias de la nobleza y la monarquía ataviadas con modelos bordados en oro y plata, sin apenas cola. Estas tendencias se mantuvieron durante los siglos XVII y XVIII.

La Reina Victoria

En la cultura occidental, el color del vestido de la novia es el blanco. Y eso es algo que puso de moda la Reina Victoria de Inglaterra, cuando en 1840 se casó con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. El estilo victoriano de vestido blanco, con la pompa de la falda y el velo acompañado de una larga cola se ha mantenido más o menos hasta nuestros días. En esta época también apareció el denominado corte princesa.

Los locos años veinte

A principios del siglo XX, las faldas abultadas abrieron paso a líneas rectas, con mangas largas y escotes tradicionales. Los adornos, inspirados en el Art Deco, eran sencillos y las novias solían llevar un sombrerito con un velo largo. Fue en esta época cuando se empezaron a enseñar las piernas con vestidos cortos. Hacia 1930 las mujeres preferían los modelos de líneas clásicas. Y en los años 40, a causa de la guerra, los vestidos dibujaron líneas austeras con el traje sastre, como protagonista.

Merci Monsieur Dior

Después de 1950, el glamour y el lujo volvieron a las bodas de la mano de Christian Dior, creador de una novia femenina chic con espectaculares diseños. Las novias de los años 50 caminaban hacia el altar con vestidos de largas colas, voluminosos escotes cortados en forma de corazón, drapeados y transparencias. También en esta época las novias cubrían su rostro con velo y lucían largos guantes de seda.

Los sesenta y setenta más hippies

El estilo hippy marca un antes y un después. Se imponen los vestidos de corte justo debajo de la rodilla o largos sin velo estilo “adlib”, acompañados de flores naturales que adornan el cabello de la novia. También se usan velos cortos o sombreros pequeños, popularizados por la actriz Audrey Hepburn y aparecen las mangas tres cuartos y los cinturones delgados a la altura de la cintura. En los años setenta se impondrán el look drapeado y el estilo boho chic.

Lady Di, un icono

Nuevamente una boda real define el estilo de las novias, esta vez en la década de los ochenta de la mano de Lady Diana Spencer. Su vestido de novia se convirtió en icono de una época marcada por los velos catedral, mangas bombachas y ramos de flores cascada gigantescos.

De las últimos décadas hasta nuestros días

Las últimos veinte años han estado marcados por una gran variedad de estilo influidos básicamente por las pasarelas de alta costura, como las de Nueva York o París, y por diseñadores americanos, franceses, españoles e italianos. Las tendencias actuales apuestan, mayoritariamente, por una vuelta a las transparencias, las aplicaciones, el encaje y un amor incondicional por las líneas retro y vintage.

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