La fiesta que Tomás y Germán organizaron como boda: ¡sencillamente inolvidable!

El feeling entre Germán y Tomás surgió un 26 de agosto en un discoteca, cuando una amiga en común los presentó. Se conocieron y... ¡triunfó el amor! Por eso quisieron agendar ese mismo día para celebrar su "sí, quiero" en Valencia. Pues, aunque ambos son alicantinos, vivieron 7 años en el municipio que es capital de la provincia homónima y de la Comunidad Valenciana.

Pero antes, tuvo lugar la pedida de mano y el enlace civil... Alguna vez habían tanteado casarse pero no se lo tomaron en serio hasta que Germán decidió pedírselo al chico de sus sueños de manera formal. Llevó a Tomás a pasar un fin de semana a Lugano (sureste de Suiza) y, cuando estaban en la habitación del hotel –preciosa y con vistas al Lago de Lugano–, le regaló un bolígrafo Montblanc y le pidió que se casara      con él. 

Así, con 11 años de amor a sus espaldas y tras muchos preparativos, el 24 de agosto de 2017 se unieron en matrimonio en la Ciudad de la Justicia de Valencia, en compañía de sus familiares directos, y dos días más tarde lo celebraron tal como ambos querían: con ¡una fiesta muy personal y divertida! Eligieron una vivienda tradicional valenciana –con embarcadero propio, zona ajardinada y carpa exterior–, restaurada e ideal para enlaces u otros eventos familiares: La Barraca del Palmar - Grupo El Alto, ubicada en el corazón del parque natural de la Albufera. Un espacio sencillo con mucho encanto, perfecto para disfrutar de la tranquilidad y el sosiego, con cocina propia especializada en platos mediterráneos, y más concretamente en delicias valencias. ¡Con la paella como máximo exponente culinario!

¡Juntos todo el día!

Tomás y Germán llegaron temprano a la finca escogida juntos, cargados con sus outfits y otros detalles decorativos. Antes de vestirse, aprovecharon para charlar con algunos de los proveedores, que estaban ultimando detalles, hasta que decidieron enfundarse sus trajes. Para la ocasión, los dos querían vestirse con prendas distinguidas, a la par que desenfadadas, con aires británicos y, sin duda, lo consiguieron confiando en la confección a medida de la casa NK Novios. ¡Diseñaron los trajes que lucieron el día de la celebración y también esbozaron y cosieron los que llevaron para la unión civil!

Germán lució un traje en azul celeste combinado con una camisa blanca y pajarita granate. Y Tomás, un traje de cuadros azul marino, camisa blanca y pajarita fucsia. Como complementos, ambos optaron por prendidos naturales en las solapas, calzaron zapatillas y los accesorios estrella fueron las gafas de sol. La única diferencia fue que Tomás llevó un Apple Watch y Germán prescindió de reloj.

Luigi –la mascota de la pareja– fue el tercer gran protagonista del día. Llevaba las sortijas anudadas en un lazo al cuello y fue el único testigo del intercambio de las alianzas de matrimonio en la intimidad. De esta manera, tras varios momentos románticos y algunas fotos para el reportaje nupcial, estos novios dieron la bienvenida a sus invitados, que llegaron con caretas de los protagonistas del día, identificando quién venía de parte de quién. Aproximadamente 90 personas: la familia y los amigos más cercanos que, como mayoritariamente venían de fuera, se alojaron en un mismo hotel durante todo el fin de semana. ¡Un plus a la emoción del "bodorrio"!

Boda íntima sin ceremonia como tal

Solo llegar, los invitados se refrescaron tomando unas cervezas en la zona cóctel –amenizada con la música jazz y swing en directo del grupo Dómisol Sisters–, y pudieron protegerse del sol con sombreros y paraguas, así como abanicarse con paipáis de Detalles y Bodas Bruna. A continuación no hubo ceremonia, ni siquiera ficticia, pero algunos invitados sí que cogieron el micro para dedicarles unas bonitas palabras a sus novios favoritos.

Con un exclusivo photocall de 2 x 2 m compuesto por 2000 rosas como fondo, muchas risas, abrazos y besos, picotearon en la zona del aperitivo y escribieron dedicatorias y pegaron fotos instantáneas en el libro de firmas, mientras los más pequeños jugaban con todo lo que la pareja preparó pensando en ellos.

A continuación, llegó la hora del banquete: los novios se decidieron por dos mesas corridas de Trastología, que se ocupó de todo el mobiliario en tonos naturales. Situadas bajo unas moreras, las mesas fueron decoradas de forma impecable por Antoni Lozano, de Antara, quien se encargó por completo de la decoración floral con rosas (algunas en versión pitiminí) en centros de mesa, ramos, prendidos, photocall y otros espacios. Asimismo, los novios también se decantaron por un menú 100% vegetariano, que encantó a la pareja protagonista del gran día por ser partidarios de dicho régimen alimentario, pero también a todos los asistentes. Durante el banquete, los novios entregaron ramos a las madres y a otros seres queridos, cortaron la tarta de cuatro pisos que preparó Dulce Roseta y pocos fueron los que no se acercaron para retratarse junto a las letras luminosas "LOVE" y "T & G" –de Eva Marco, que también fue la elegida para los regalos de boda–. 

Y, por último pero no menos increíble, llegó el momento de la fiesta –a cargo de los DJ Pepino & Crawford - Trend Twins–. El espacio se decoró con letras de luz con el hashtag de la boda "barracalove", todos los asistentes dieron un paseo en barca por la Albufera durante el atardecer y, por último, se ofreció una barbacoa 100% veggie para cenar. Decididamente, ¡un día imposible de olvidar!

Un recuerdo para siempre

Para tener un reportaje de boda fotoperiodístico y artístico de lo más completo (preboda, matrimonio en el Registro Civil y día de celebración), esta pareja contrató los servicios del equipo creativo de Fandi, encargado también del diseño de sus invitaciones de boda, del packaging de algunos detalles y del libro de firmas personalizado. Sin duda, ¡acertaron! Solo hay que ver las fotos para descubrirlo. ¡Nos os perdáis nuestra selección!