La destination wedding de Fani y Rodrigo en el norte de Italia: ¡de cuento!

Fani y Rodrigo, ambos de Carballo (Galicia), se conocieron años antes de que triunfara el amor entre ellos. Fani era más joven que Rodrigo y dejó temporalmente su residencia habitual al desplazarse a otra ciudad por estudios. Así, los dos fueron siguiendo sus vidas hasta que en invierno de 2017, la que sería la mujer de los sueños de Rodrigo, volvió a su tierra. Retomó la amistad con Rodrigo y... surgió lo inevitable: ¡al poco tiempo de su vuelta a Carballo empezaron a salir juntos! 

De esta manera, sin protocolos ni tradiciones de por medio, por ser más bien anticonvencionales, decidieron casarse de mutuo acuerdo y sustituyeron el clásico anillo de pedida por unos pendientes de compromiso.

¡Sí, queremos una destination wedding!

Decididos a que su enlace fuera único, se casaron por lo civil –cuando apenas llevaban un año de relación– en su municipio de origen y apostaron por una celebración en la bella Italia, concretamente en Civita di Bagnoregio, un pequeño pueblo situado a unos 120 km del norte de Roma, donde no viven más de 9 personas. Un lugar mágico y uno de los burgos italianos más espectaculares, ubicado en la cumbre de una montaña toba, al que únicamente se puede acceder a través de un puente peatonal estrecho desde el que se disfruta de una de las pamorámicas más increíbles de todo el Lacio.

Intimidad en un entorno de ensueño

Rodrigo y Fani celebraron su "sí, quiero" en el balcón de Domus Civita, una casa con vistas a un acantilado: en el centro de una pérgola metálica decorada con follaje, sentados en sillas tiffany blancas y frente a sus 23 invitados, se prometieron pasar el resto de sus vidas el uno al lado del otro.

Y tras ese emocionante momento lo celebraron con una comida que, sin duda, fue ¡una reunión más que especial! Amigos y familiares tomaron sus asientos en una única mesa alargada –decorada con centros florales en verde, blanco y rosa que combinaban con las servilletas– y disfrutaron de un banquete íntimo, sencillo e inolvidable, que terminó con el corte de una tarta naked de dos pisos que marcó la diferencia con flores naturales y con la palabra "love" en dorado como topper.

Para terminar la jornada, novios y asistentes se reunieron en la parte interior de la finca, donde Fani y Rodrigo protagonizaron el baile más bonito jamás compartido y bailaron hasta que el cuerpo aguantó junto a sus más queridos, que lo pasaron en grande con el cotillón de Fiestamix.

Estilo de pies a cabeza

¡Rodrigo lució espectacular! Vistió un traje entre rojo y granate combinado con camisa blanca, pajarita estampada, tirantes marrones y calzado acordonado en el mismo color. Todo, de Zara.

Fani tampoco se quedó atrás: estuvo preciosa con su vestido de novia diseñado por ella misma y confeccionado por su madre, Susana Periscal. Un traje con cuello redondo, espalda escotada en V, manga francesa y cola barrida que enamoró a todos con su encaje y caída. Lo combinó con complementos en dorado: sandalias de tacón ancho, de Pull&Bear; esclava con perla central y tiara invertida, de joyería Seoane, y ramo de novia silvestre de aire romántico, que prepararon los responsables de la finca –quienes se encargaron tanto de la decoración floral como del catering y del trabajo de peluquería–. Por último, su apuesta beauty fue sencilla: melena al viento con ondas suaves y maquillaje chic con labios en rojo.

Felicidad plasmada en el reportaje nupcial

Según nos cuenta la responsable del equipo fotográfico de Nemus Photos, "fue un día feliz y eso se ve reflejado en las imágenes". Y es que para ella, "fue una boda perfecta, íntima con únicamente los imprescindibles, dejando de lado las tradiciones y las opiniones no pedidas, centrándose en hacer algo único en un lugar particular". Tan solo hay que ver las fotos para descubrir cuánta razón tiene la que fue afortunada por capturar cada instante de este día B. No os perdáis la selección de fotos... ¡mágica!