La boda de Wendy y Simon: ¡et voilà! Sí al amor entre dos culturas

Wendy y Simon se conocieron por internet cuando aún no era el momento. A pesar de que tuvieron un par de citas, dejaron de verse. Wendy se mostraba reticente a expresar lo mejor de ella; le daba vértigo iniciar una relación sentimental. Y Simon –nativo de Francia– tenía dificultades para comunicarse con ella por no dominar el español. Pero el "no sé qué" que vio en ella hizo que no se la quitara de la cabeza... Por eso, dos años más tarde, le envió un mensaje por WhatsApp que cambió la vida de ambos para siempre. Tras un tímido pero decidido "Hola Wendy, soy Simon, no sé si te acordarás de mí...", ¡nació una relación sin fecha de caducidad!

Ni Francia, ni Venezuela...

Cuando llevaban un par de años como pareja, Simon quiso volver a sorprender a la venezolana que le había robado el corazón y en esa ocasión le propuso matrimonio. Para poner el broche de oro a su historia de amor escogió Florencia como punto de referencia en el mapa. Después de una cena romántica y un paseo tranquilo por el centro, frente de la Catedral del Duomo, llegó la pedida de mano acompañada de un solitario de oro blanco de la joyería Rabat Madrid. Y con un rotundo "sí" como respuesta, ambos empezaron a preparar su enlace.

Una mágica boda rústica

Siempre tuvieron claro que se casarían alejados del bullicio propio de la ciudad, con la naturaleza como telón de fondo. Por eso, la opción más firme fue en todo momento la Sierra de Madrid. La ceremonia religiosa que los convirtió en marido y mujer se celebró en la Iglesia Parroquial de El Salvador en Lozoya (Madrid) y el posterior banquete en la Finca Prados Riveros - Casa El Palero, ubicada en la misma localidad. ¡Un excelente marco para hacer realidad el día B de sus sueños! 

Para engalanar la Iglesia confiaron en el saber hacer de las manos creativas de Flores Mandrágora –quienes también se encargaron de los tocados florales, los prendidos y el ramo nupcial– y para decorar la finca se dejaron llevar por el criterio de los responsables de la misma, que cuidaron todos los detalles y consiguieron un ambiente totalmente afín a su estilo. Flores silvestres, tarros de vidrio, puertas, cajas de fruta restauradas, troncos pintados, cartelería de madera... "¡No lo hubiéramos imaginado mejor!", cuentan.

Y para celebrar su unión por todo lo alto, organizaron una cálida cena en el interior de un espectacular tipi de Tipichic. Dentro de la singular estructura –que hacía un guiño a las tribus nómadas del norte de Europa– se colocaron mesas de madera desnudas, se dio un aire distinguido a la atmósfera con guirnaldas de luces, velas y una hoguera, y se sirvieron las delicias de la cocina Innkiper Catering y Servicios y la tarta de dos pisos, decorada con piñas, paniculata y frutos rojos. Por último, los novios protagonizaron el primer baile como esposos mientras todos los presentes acompañaban el momento con bengalas.

Así, ¡los invitados rompieron las barreras del idioma y lo pasaron en grande ensalzando el amor de Simon y Wendy! Además, cayeron rendidos ante el encanto de todos los elementos de papelería desde el primer momento. Invitaciones, misales, seating plan, menús... todo lo preparó la novia en su taller de diseño gráfico para bodas Wen ddings. ¡Incluso ultimó algún detalle antes de que la peinaran y maquillaran como flamante novia! Y sucumbieron ante los regalos que les hicieron los novios como muestra de agradecimiento por su inestimable compañía: unos llaveros de madera de Visilovesnina.

Sin duda, pasaron un fin de semana increíble rindiendo homenaje al amor. Pues estos novios decidieron alargar la celebración para agradecer a sus amigos y familiares el desplazamiento que implicaba acudir a su evento. Por eso, el día siguiente al enlace ofrecieron una apetitosa paella a todos los asistentes –hospedados en casas rurales– en el mismo emplazamiento.

Verde, el toque de color de los looks

Wendy quiso gestionar su presupuesto de manera que pudiese lucir dos atuendos distintos: uno para la ceremonia y la sesión de fotos en pareja y otro para la cena y la fiesta. El primero, de Blancary con corte sirena y escote en V, distinguido por bordados, espalda con botonadura y cola barrida. Y el segundo, de Asos Bridal compuesto por falda de corte en A y cuerpo de manga larga con cuello caja. Un conjunto separetes de encaje con bajos asimétricos. Y para realzar sus outfits, dedicidamente apostó por los complementos. Salvo el velo –que únicamente utilizó para la ceremonia–, tuvo gran protagonismo el color verde, evidente en las cuñas de rafia –con plantillas personalizadas– que calzó y, en especial, en la corona natural a juego con el ramo de novia versión XL y forma desestructurada con mucho follaje y rosas blancas.

Elena Deleyto fue la profesional que se encargó del servicio de maquillaje y peluquería de la novia. Optó por la frescura, armonizando el look con suavidad y desenfado: tonos neutros enfatizando las facciones del rostro y peinado sencillo: ondas suaves con raya ladeada.

Por su parte, Simon vistió un conjunto íntegramente de Fields, que combinaba americana y pantalón en marrón, camisa blanca –con las iniciales de los dos bordadas en los puños– y chaleco con solapas redondeadas y estampado de cuadros Príncipe de Gales. Sus accesorios estrella fueron unos tirantes moteados, gemelos en plata, corbata verde, boutonnière a conjunto con el resto de trabajos florales y unos zapatos de cuero acordonados, también marrones.

El trabajo de fotografía: el mejor reflejo

Wendy y Simon hicieron partícipe a Mónica Sánchez Fotografía, la responsable de captar todos los momentos de su unión en matrimonio. "La complicidad establecida entre los novios, el lugar, la decoración, los detalles... todo creó una magia especial que hizo que mi cámara ardiera retratando imágenes increíbles", nos explica. ¡No hace falta más que ver las fotos del reportaje de boda! Revisad la selección que hemos hecho y descubridlo.