La boda de Sergi y Anna: casualidad o destino, ¡el amor triunfó!
Una noche cualquiera, bailes, sonrisas... y entre la multitud, dos jóvenes a los que el destino les tenía preparada una gran sorpresa. Así comienza la historia de Sergi y Anna, un amor sin final que les llevaría a vivir un "sí, quiero" de ensueño.
Anna y Sergio nunca imaginaron cuánto les cambiaría la vida una simple salida con amigos, pero así fue. Sergi, junto a su grupo de toda la vida, aprovechó un día de fiesta para salir a tomar unas copas. La Costa Brava, concretamente S'Agaró, fue el lugar escogido por el joven para disfrutar de esa noche, precisamente en el mismo pub de la localidad en el que Anna decidió salir, también ese día, junto a una amiga. Casualidad o destino, ambos jóvenes se encontraron... y, aunque todavía no lo sabían, esa noche les brindaría la oportunidad de conocer a su media naranja.
Así, y tras un tiempo manteniendo el contacto, Anna y Sergi decidían iniciar una relación de amor. Una relación de amor única e inolvidable.
Una pedida soñada
Desde siempre, el sueño de Anna había sido ver la salida del sol junto a su amor... y él no dudó en aprovechar esa oportunidad para pedirle matrimonio. Los dos, juntos en el camino de ronda, viendo el sol salir... y esa romántica pregunta. El instante se vistió de una magia inigualable. Y, por supuesto, la respuesta de Anna fue un "¡sí!" incondicional.
Todo el romanticismo en Can Ramoneda
Los novios decidieron darse el "sí, quiero" en una masía de belleza inigualable y en plena naturaleza. El lugar escogido fue la masía Can Ramoneda, concretamente ubicada en Rubí (Barcelona).
Los jardines de la casa típica catalana se vistieron bajo una decoración de estilo romántico con pinceladas vintage. Así, el blanco, el rosa palo y tonos nude y naturales, como el beige, cubrieron todo el espacio nupcial de la pareja. Del mismo modo, destacaron detalles hechos de madera, mimbre, acero y cristal, que reforzaron esa esencia vintage, en una combinación perfecta con elementos más clásicos, como las velas y un sinfín de flores.
¡Espectaculares!
Ambos novios brillaron con luz propia en su "sí, quiero".
Anna lo hizo apostando por un precioso vestido de corte en A, de telas fluidas y detalles de encaje. Como ramo, la novia se decidió por un romántico bouquet en tonos rosados, verdes y blancos. ¡Guapísima! Por su parte, el novio se decidió por un traje clásico en tonos azulados, camisa y corbata. Clásico y elegante.
Un día mágico
De este bonito día fue testigo el equipo fotográfico de Fotostudi. A través de un reportaje nupcial lleno de color, luz y brillo, los profesionales supieron plasmar a la perfección la magia que envolvió el día más importante para la pareja. Un "sí, quiero" del que no debéis perder detalle.