La boda de Rocío y Patricio: sencillez e intimidad en un romántico "sí, quiero"
Rocío y Patricio se conocían de toda la vida y empezaron a salir desde muy jóvenes. Después de años viviendo una bonita historia de amor, Patricio se arrodilló ante su chica para pedirle matrimonio. Una historia única y un "sí, quiero" de ensueño.
Gracias a las familias de ambos, Rocío y Patricio se conocían desde pequeños. Su intensa amistad les llevó a compartir grandes e inolvidables momentos, y de estos mágicos encuentros nació una complicidad única. Tanto es así que, desde bien jóvenes, decidieron comenzar una bonita historia de amor.
Roma: la ciudad testigo de su declaración
Tras siete años saliendo juntos, Patricio quiso dar un paso más en su relación con Rocío: pedirle matrimonio de una forma absolutamente romántica.
Así, durante un viaje a Italia y mientras estaban paseando por el barrio romano de Trastevere, la pareja llegó hasta un precioso palacio de la ciudad. Ese fue el momento en el que Patricio quiso que su chica cerrara los ojos. Después de una declaración de película, Rocío abrió sus ojos para encontrarse al amor de su vida arrodillado frente ella y con un anillo de pedida en la mano.
Después de un indudable "¡sí!", la pareja empezó a organizar el que se convertiría en uno de los días más maravillosos de sus vidas: su enlace.
Sencillez e intimidad en una boda al aire libre
Tras varios meses buscando el lugar perfecto, Gijón (Asturias) y concretamente el Llagar de Castiello –un precioso espacio que recoge la tradición cultural, la buena sidra y la excelente gastronomía de la zona– fue el lugar escogido por la pareja para celebrar su romántica cita.
Ambos soñaban con una boda al aire libre, sencilla e íntima y el Llagar cumplió con todas sus expectativas. Bajo el estilo característico del boho chic, sumado a un sinfín de detalles rústicos y haciendo de las flores –en tonos rojos y blancos– las grandes protagonistas de su escenario nupcial, la pareja vistió toda la decoración del lugar de su boda. También se vio reflejada la bella esencia asturiana en un claro homenaje a la zona, pues los novios querían que los invitados que venían del otro lado del Atlántico conocieran de cerca la cultura de la localidad.
La pareja contó con la ayuda del equipo de wedding planners Yolevoy Gijón, que desde el primer momento supo captar la esencia de lo que los novios deseaban para su "sí, quiero". Siempre junto al equipo de profesionales del Llagar.
Uno de los grandes éxitos de la boda fueron las bengalas que la pareja repartió antes del baile. Un detalle divertido y emotivo, pues Rocío y Patricio pudieron bailar por primera vez como marido y mujer a la luz de todas estas bengalas encendidas. También destacó un rasgo distintivo durante la ceremonia, pues la pareja se casó por medio de un pacto de sal y, además, leyó sus propios votos.
Looks de ensueño
Ambos novios quisieron hacer sus sueños realidad y vestir como siempre habían deseado.
Por ello, la novia apostó por un vestido femenino con algo de pedrería, corte sirena, escote corazón y espalda descubierta, de La Sposa. En cuanto al ramo, Rocío se decantó por un precioso bouquet desenfadado y de estilo boho, de Doña Cúrcuma, que también se encargó de realizar su tocado.
Fiel a su estilo, Patricio lució un traje negro con camisa blanca y chaleco con detalles en negro mate. Haciendo un guiño a su profesión, el novio quiso llevar unos gemelos en forma de guitarra.
El amor triunfó
Sin duda, el amor y la sencillez hicieron que la boda de Rocío y Patricio fuera inolvidable. El equipo fotográfico de Joaquín González fue testigo de este maravilloso enlace, del que además confeccionó un reportaje fotográfico único. Imágenes llenas de luz y el reflejo perfecto de la auténtica felicidad. ¡Disfrutad de esta bonita boda!