La boda de Pascual y Rocío: un amor de la infancia
La historia de Pascual y Rocío es la viva imagen de un amor de infancia. Conocidos desde pequeños –pues ambos vivían en el mismo pueblo de Albacete–, la pareja compartió diez años de noviazgo que les llevarían a un "sí, quiero" lleno de magia.
El pueblecito manchego de Higueruela (Albacete) fue el lugar que vio nacer el amor entre Pascual y Rocío. Conocidos desde el colegio, esta pareja de enamorados acabó convirtiendo su fiel complicidad en un bonito noviazgo de diez años.
Pasado este tiempo, y queriéndose igual que el primer día, Pascual y Rocío decidieron dar un paso más en su relación y unir sus caminos en una sola dirección: el matrimonio. Así, aprovechando un viaje a Santiago de Compostela, Pascual se lanzó a pedir la mano a su chica en medio de la plaza del Obradorio.
Todo quedó en casa...
Ambos novios soñaban con celebrar su esperado día en su propio hogar: el precioso pueblo que les vio crecer. Así, Higueruela acogió la ceremonia y la posterior celebración de la pareja, que se vivió en dos espacios distintos: la iglesia de la población, que presenció su "sí, quiero", y el Salón Mateo, el escenario de su exquisito banquete nupcial y de la gran fiesta postboda.
Siguiendo la clásica tradición, ambos jóvenes se vistieron y prepararon para el gran día en casa de sus respectivos padres, consiguiendo de esta forma un ambiente familiar y muy cercano.
Estilo sencillo con toques rústicos
La fantástica pareja apostó por la sencillez en su gran día, siempre con una decoración caracterizada por los inconfundibles toques rústicos. Para ello eligieron maderas en colores suaves, con las que decoraron por completo el salón de la celebración nupcial. Gracias a ello, el espacio adquirió un aire innovador, especial y completamente personalizado.
Destacaron pequeños detalles de la decoración como el seating plan –que los invitados aprovecharon cogiendo sus respectivos nombres y poniéndoselos como pins en la ropa–, la mantelería, las sillas y, en definitiva, toda la decoración de las mesas del banquete. De todos estos detalles se encargó el equipo de profesionales de Erase una Fiesta.
La gran sorpresa
Sin duda, la gran sorpresa se la dio el novio a su chica el mismo día de la boda, pues le preparó algo diferente que, sin duda, dejó muy impresionada a su futura mujer. Como coche de bodas, Pascual alquiló un imponente camión americano –de la empresa Camiones Americanos–, que recogió a Rocío en casa de sus padres y la llevó por todo el pueblo antes del "sí, quiero".
Looks increíbles
Tanto Pascual como Rocío lucieron radiantes en su espero día B. Él apostó por una traje clásico en tonalidades negras y grisáceas de Fuentecapala, zapatos de Pedro del Hierro y corbata azul. Soho Peluquería se encargó de poner el broche de oro a su impecable look.
Por su parte, Rocío llevó un precioso vestido de Franc Sarabia, con detalles dorados, y zapatos de Lodi. Junto a un recogido clásico y un maquillaje luminoso y potenciador de la mirada –de la mano de Juan Peluqueros y Lorena Make Up Artist–, la novia lució un romántico bouquet en tonos nude, creado exclusivamente para ella por Floristería Dama.
Un día en familia
Pascual y Rocío consiguieron hacer de la sencillez un día espléndido e inolvidable, y todo gracias a sus ganas y cariño. Hablamos de un día único que la pareja pudo disfrutar con sus seres más queridos. Una boda íntima que el equipo fotográfico de Mordan Lovers tuvo el placer de presenciar... No os perdáis detalle de este mágico reportaje fotográfico.