La boda de Oriol y Montse: la naturaleza se convirtió en la protagonista de su "sí, quiero"
Esta pareja de enamorados se conoció gracias a dos amigos en común. El tiempo pasó y una complicidad especial nació entre ambos. Tras cuatro años y medio como novios, un viaje a París se convirtió en el escenario perfecto para su compromiso.
Oriol y Montse se conocieron gracias a dos de sus mejores amigos. Desde entonces, esta pareja de jóvenes se hizo inseparable y, después de verse durante un año, comenzaron una bonita relación de noviazgo de más de cuatro años y medio.
Una pedida muy romántica
Montse siempre había deseado casarse y Oriol quiso cumplir el sueño de su chica. Así, el joven se las ingenió para llevar a cabo una pedida de mano muy romántica. Con motivo del cumpleaños de Montse, Oriol le regaló un viaje a París y convirtió el Jardín de las Tullerías en el escenario de la gran petición. Después de un romántico discurso, el joven se arrodilló ante su chica pidiéndole matrimonio. Sin dudarlo, Montse respondió con un gran "¡sí!".
La naturaleza como protagonista
La pareja escogió la masía El Dalmau –un espacio con un encanto especial y unos jardines espectaculares– para darse el "sí, quiero".
Oriol y Montse querían que su escenario nupcial fuese una representación de ambos. Por ello apostaron por un estilo rústico chic inconfundible, con el que cubrieron cada detalle de la boda: campestre por él –por su especialidad en carpintería– y chic por ella –por su estilo y por ser una amante incondicional de las flores en tonos pastel–.
Gracias a la labor de Yolanda –la wedding planner contratada por la pareja– toda la masía se vistió con un sinfín de flores y hojas, pompones de papel y detalles handmade, como los indicadores o el menú de boda. Los novios sumaron a la decoración colores vivos y naturales –como azules, marrones, blancos, verdes o naranjas–, haciendo de la naturaleza la temática principal y el rasgo más distintivo de su boda.
Romanticismo y autenticidad
En cuanto al look, los novios quisieron lucir impecables sin dejar de lado su estilo más personal. Por ello, la novia decidió llevar un vestido de Pronovias de corte sirena y detallado con encajes, una corona de flores en tonos nude, de Hip&love - Coronas de flores y tocados y un ramo de estilo romántico a juego, creado por Artverd. Por su parte, Oriol apostó por un traje clásico en tonos azulados, de Basic Concept, camisa blanca y pajarita de lunares.
Un día único entre parajes de gran belleza
La boda de Oriol y Montse fue romántica y emotiva, y los sentimientos brotaron a flor de piel entre todos los asistentes a la gran cita. El equipo de Vera Fleisner logró retratar a la perfección lo vivido durante el mágico enlace... Un día inolvidable tanto para los novios como para todos aquellos que compartieron su felicidad, del que no debéis perder detalle. ¡Disfrutad de esta fantástica boda!