La boda de María y Hugo en la Casona del Lago

María y Hugo querían una boda en otoño porque les encanta esa estación, su luz, su color, su temperatura y el romanticismo que la acompaña. Querían además que sus invitados vivieran toda esa magia y por ello eligieron celebrar su boda en La Casona del Lago. Situada en un enclave perfecto, rodeada de naturaleza y desde donde podrían disfrutar del atardecer. Para la ceremonia eligieron la Basílica de Nuestra Señora del Prado, en Talavera de la Reina. De allí se trasladarían al banquete.

La novia iba vestida por Carmen Halffter, que desde el primer momento entendió lo que tenía en mente y le añadió los toques necesarios para que se convirtiera en su vestido soñado. Los zapatos fueron unos salones verde agua de Magrit Couture. Las joyas, un regalo de boda, fueron unos pendientes de brillantes y espinela verde, una alianza antigua y en el pelo llevaba una peineta de plata y nácar que le habían prestado. 

Del peinado y el maquillaje se encargó Mayte Lucas que le hizo un recogido de trenza despeinada ideal para el look que quería conseguir. Por último aunque no menos importante, el ramo era de Flowers by Bornay en verde, rosa empolvado y blanco.

El novio, Hugo, lució un clásico chaqué gris con camisa blanca y corbata en verde oscuro con pequeños detalles y una flor verde como las del ramo de la novia como prendido.

La decoración consistía en velas, casi quinientas, y flor blanca. María se encargó de preparar farolillos en vasos de cristal que colgaban durante el cóctel del techo con lazos de colores. También los centros de mesa de margaritas blancas rodeadas de vasitos de cristal con velas.

El catering lo sirvió Mirador de Cuatro Vientos y a partir de las 3 de la madrugada instalaron un puesto de perritos calientes y gofres para los invitados. Además la novia preparó una mesa de dulces, unos kits antiresaca para los más juerguistas y un precioso vídeo para Hugo contando su historia de amor que se proyectó delante de todos.

El novio se encargó de la selección musical para la velada y hasta la madrugada. Su primer baile de recién casados fue un tradicional vals al que le siguieron muchas horas de baile y diversión.

Un día muy especial e inolvidable para María y Hugo pero también para todos sus invitados, tal y como ellos deseaban.

Fotografías: Patricia Martín