La boda de Maciek y Marisa: el amor que Londres unió
Tras enamorarse en la bella capital de Reino Unido, Marisa y Maciek comenzaron una relación a distancia que no haría más que engrandecer la fuerza de su amor. Así, y después de 6 años juntos, los jovenes daban el gran paso: ¡darse el "sí, quiero"!
Un lugar cotidiano como puede ser una sandwicheria en plena ciudad de Londres, en ocasiones, se puede convertir en un lugar mágico. Eso deben pensar Maciek y Marisa, un chico polaco y una chica española que tomaron la capital de Reino Unido como la ciudad donde comenzar una nueva vida... y ese restaurante como el primer trabajo que les ayudaría a abrir otras puertas... Como las del corazón. Así, trabajando juntos, Maciek y Marisa convirtieron su cómplice compañerismo en un amor de ensueño.
Aunque la joven decidió volver a España, nada impidió que esta pareja de enamorados siguiera unida. Un año más tarde de iniciar su relación a distancia, Maciek daba el gran paso: ¡mudarse a Valencia junto a su amor sin apenas conocer el idioma! Un gesto absolutamente romántico que dejó entrever el fuerte sentimiento que ambos sentían el uno por el otro.
La gran pedida llegó entre bromas
Marisa soñaba con que su chico le pidiera matrimonio. De hecho, la joven no dejaba escapar la oportunidad de recordarle en cada viaje, y siempre entre bromas, que era el momento idóneo para dar un gran "¡sí!" a una proposición de matrimonio –con anillo de pedida incluido, por supuesto–. Y así, con humor e ironías cómplices, Maciek consideró que por fin, sí, era el momento.
Tras comprarse una vivienda juntos y acabar todas las reformas en 2015, Marisa aceptaba una pedida de mano especial y muy esperada: en Moraira sobre un kayak en altamar.
Un mágico "sí, quiero" al aire libre
Valencia y, concretamente, el Huerto Barral Boluda de Grupo El Alto, una finca de finales de 1800 con unos acabados arquitectónicos llenos de magia, fantasía y color, fue el lugar escogido por la pareja para la celebración de su inolvidable "sí, quiero". Ambos sabían que debían celebrar su boda en ese espacio, el único que hizo que sus ojos brotaran lágrimas de emoción.
La pareja apostó por un enlace en pleno aire libre, disfrutando así del paraje natural que ofrecía la finca. De esta forma, y tomando la belleza característica del escenario como principal elemento de decoración, Marisa y Maciek vistieron su escenario en una mezcla de estilos rústico y shabby chic, con flores, fardos de paja, detalles de madera y velas.
Auténticos
La pareja lució auténtica y ¡absolutamente perfecta!
La novia apostó por un vestido de estilo romántico chic de Jesús Peiró... aquel del que se enamoró a primera vista: de corte en A y un magnífico escote acabado en V. Por su parte, Maciek eligió un traje azul sencillo y hecho a medida en Massimo Dutti.
Invitados especiales en un día perfecto
Sin duda, el rasgo más distintivo de la boda fueron los propios invitados. Un total de 100 personas que lograron hacer del gran día de esta pareja algo inolvidable. Aquellas que, en el día a día de ambos jóvenes, compartían sus penas y alegrías... amigos íntimos y familiares, siempre indispensables. Durante la ceremonia, las respectivas hermanas de Marisa y Maciek, el sobrino de 6 años de Marisa y los mejores amigos de la pareja leyeron sus propias lecturas. Traducidas al castellano y al inglés, todos los asistentes pudieron hacerse eco de las palabras más dulces y emotivas dedicadas a los recién casados. ¡Pura magia!
De todo ello fue testigo el equipo fotográfico de Nacho Alba que, gracias a un exquisito trabajo, logró guardar en el recuerdo cada gesto, cada mirada... cada instante de amor y cariño vividos en una celebración única. ¡No perdáis detalle de ella!