La boda de Luis y Laia: un romántico "sí, quiero" en el invierno del Empordà
La magia del frío de diciembre y dos enamorados; Luis y Laia unieron sus corazones en una boda íntima y especial. El Empordà fue su escenario y el testigo fiel del romántico e inolvidable día. Sin duda, una boda digna de ser recordada.
Un 6 de diciembre se dieron el "sí, quiero" Luis y Laia, dos jóvenes enamorados que soñaban con una boda íntima y sencilla, con un día en el que poder disfrutar de aquellas personas que significaban mucho en sus vidas, en la de ambos. Pontó, en el Empordà (Gerona), fue el escenario que les cautivó y donde decidieron celebrar el gran acontecimiento. La magia del frío invierno de diciembre se convirtió en la esencia principal de esta boda única.
Una ceremonia muy especial
La ceremonia, eclesiástica, fue oficiada en una preciosa Iglesia del S. XII en Santa María de Vilabertran. La sencillez de sus piedras y una cálida y acogedora iluminación, acogieron una boda idílica, en la que los novios permanecieron en todo momento frente a sus invitados, dándose un romántico y sincero "sí, quiero", y sellando su amor de forma especial con el fuego de una vela; la ceremonia de la luz. Una suave y delicada voz femenina y la excelencia del piano, ambos de la mano de Tu Música Events, amenizaron la ceremonia con una brillante música de cámara que logró emocionar a todos los asistentes. Sin duda, un momento mágico difícil de olvidar.
En una masía centenaria
Mas Terrats, una preciosa masía centenaria de Pontó, fue el siguiente telón de fondo de este romántico acontecimiento; sus escenarios naturales, protagonistas indiscutibles, inspiraron una serenidad privilegiada, la magia absoluta de un paraje excepcional. En ella disfrutaron del catering y la posterior fiesta, donde los novios consiguieron brillar con luz propia viviendo sus primeros instantes como recién casados. Maite Mach se encargó de planificar y organizar minuciosamente lo que acabó convirtiéndose en el día más bonito e importante para Luis y Laia, sacando el máximo partido a todos los espacios, creando ambientes únicos y puntos de reunión sin igual, dedicados en exclusiva para los más allegados de la pareja. Sublim, con sus fotografías, supo captar con detallada delicadeza la esencia más pura de cada instante; la mágica mezcla de dos estilos, la rusticidad del escenario y el romanticismo de los novios, los colores del invierno, la excepcionalidad del lugar y la gran acogida de los novios, ofrecieron imágenes dignas de ser retratadas, fotografías expresivas, llenas de emoción y sentimiento.
Vestida por Teresa Helbig
Los novios lucieron radiantes durante su gran día. Ella, vistió un imponente vestido de Teresa Helbig, de telas fluidas y un precioso escote en pico, rozando a su fin con un detallado cinturón en dorados; el retrato de una verdadera diosa griega, que quiso incluir en su preciosa caballera castaña una fina corona de flores. Él, vistió un clásico y elegante traje de Hackett en tonalidades oscuras, a excepción del detalle en su corbata; un complemento en granates que marcó la diferencia en su look.
